Cuénteme un CuentoMuestra

HISTORIA #1: La mortalidad “Del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás”, le dijo Dios a Adán. “No moriréis”, le dijo Satanás a Eva. Ellos comieron. Satanás mintió. En un instante, Adán y Eva, que eran inmortales, se convirtieron en mortales. Mortal es un eufemismo para describir el proceso mediante el cual la muerte celular comienza a deslizarse a través de los tejidos y las venas. La muerte física es la segunda parte de la maldición. La muerte no es natural, ni hermosa ni normal; es una intrusa enferma y violenta en el paraíso de Dios. La muerte no es simplemente una parte del encantador “ciclo de la vida” de Mufasa en "El Rey León", es la parte II del severo castigo de Dios sobre sus traidoras y rebeldes criaturas. “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado” (Lucas 16:22). Todos le tenemos miedo a la muerte; por eso hay tantos chistes sobre ella. Por eso gastamos esas enormes cantidades de dinero tratando de aplazarla. Por eso, los que escuchaban a Jesús se inclinaron hacia él, porque estaba describiendo el destino que nos espera a todos, ricos y pobres por igual. Por eso fue necesaria la encarnación de Jesús. Se hizo completamente humano, con el fin de tener un cuerpo que pudiera morir con el nuestro, que pudiera morir por nosotros. Su mortalidad se convierte en la puerta de entrada a nuestra inmortalidad, donde podremos reunirnos con él, con Abraham y con todos los creyentes.