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HISTORIA #1: La resurrección Todos nos identificamos con la frase del presidente Teddy Roosevelt: "Habla suavemente, pero lleva un gran garrote". Los triunfos del poder hablan, ¿no le parece? A finales de 1907 Roosevelt envió 16 barcos de guerra de Estados Unidos en un viaje de 70.000 kilómetros alrededor del mundo para mostrar la creciente flota de los Estados Unidos. Pintada de blanco puro con volutas doradas, la "Gran Flota Blanca", dejó muy en claro, por la fuerza, que ahora los Estados Unidos eran un poder militar de primer orden. Sin embargo, los despliegues de poder no convierten a la gente a la fe en Cristo. Uno podría pensar que la resurrección de entre los muertos, el más grande de los milagros, habría llevado a todos los de Israel y el antiguo Cercano Oriente a la fe. Eso no sucedió cuando el "otro" Lázaro fue resucitado (Juan 11), ni con la resurrección de Cristo mismo, ni con las resurrecciones que realizaron Pablo y Pedro. Abraham le dijo “Si no oyen a Moisés y a los Profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de los muertos” (Lucas 16:31). Ah, pero todos los que sí escuchan a Moisés y a los profetas y creen su mensaje ya han comenzado a vivir de nuevo. Conectados con Cristo, estamos conectados de nuevo a la fuerza vital del universo. Su Palabra inquebrantable promete que vamos a resucitar de entre los muertos y que veremos al Redentor resucitado con nuestros propios ojos. Su Palabra es suficiente.