Una vida de intimidad con DiosSample

Ley de la planta de los pies

“Todo lugar que pises con la planta de tus pies será tuyo”, Deuteronomio 11:24 (NTV).

El pueblo se encontraba frente a un nuevo desafío: tomar la tierra prometida. Parecía lindo hasta que encontraron el primer escollo: cruzar el río. Siempre existe un Jordán que nos separa del cumplimiento de nuestros sueños. Por eso esta ley dice: las aguas de tu Jordán no se abrirán hasta que las plantas de tus pies reposen en ella.

El Jordán se dividió cuando los sacerdotes pisaron el agua: “Era la temporada de la cosecha, y el Jordán desbordaba su cauce. Pero en cuanto los pies de los sacerdotes que llevaban el arca tocaron el agua a la orilla del río, el agua que venía de río arriba dejó de fluir... hasta que el lecho del río quedó seco...”, Josué 3:15-16, NTV.

No esperes que desaparezcan los obstáculos para conquistar tus sueños. Las dificultades podrían ser una oportunidad para experimentar los milagros del Señor. Pero recuerda que las aguas no obedecen a oraciones, ayunos ni proclamaciones; las aguas obedecen a las plantas de los pies.

¡Muévete en fe para que la situación económica, matrimonial o ministerial cambie! Habrá milagros, pero solo cuando te mojes los pies. El día que Jesús alimentó a la multitud no dijo: “panes y peces aparezcan”, aunque podía hacerlo. Recuerda que un niño entregó lo que tenía. Tampoco apareció el vino en las bodas de Caná de la nada; sino que primero tuvieron que llenar las tinajas con agua. ¡Dios hará lo que tú no puedas, pero no hará lo que sí puedas!

Siempre debemos orar, pero luego de que Él nos otorga una promesa debemos actuar. No hacerlo es pura desconfianza. Muchos oran diciendo: “dame” y Dios contesta: “ya te di”; claman diciendo: “bendíceme”, y Dios responde: “ya te bendije, ahora pasa, pisa y posee”.

¿Te has fijado en qué aspecto hace énfasis la Biblia en relación a la predicación? “¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación...!”, Isaías 52:7 y Romanos 10:15, VRV.

“Amado Señor, perdón por no actuar en las áreas en las que ya conozco tu voluntad. Hoy me levanto para superar las dificultades con el poder de tu presencia. Efesios 1:3 dice que ya me has bendecido con toda bendición espiritual, por eso avanzaré y poseeré lo que tú me has dado. Yo creo a tu palabra y me moveré en fe. En el nombre de Jesús. Amén”.