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Floreciendo en la solteríaSample

Floreciendo en la soltería

DAY 6 OF 7

Las relaciones

No puedo hablar de mi camino con la soltería sin hablar de lo fundamental que han sido las relaciones para sanar. Mucha gente a mi alrededor fue dañina. Mi entorno familiar no era un lugar seguro. Por mucho tiempo, tampoco fue la iglesia. Entonces, ya en una comunidad de fe nueva, un día de esos en los que todo pasa y estaba súper agobiada, alguien me dijo: "Siéntate y cuéntame. Quiero ayudarte. Déjame ser parte y, voy a estar y me voy a quedar". Entonces, lo cumplió. Luego, llegó otra persona y me dijo: "Te voy a adoptar y voy a estar presente en tu vida". Entonces, lo cumplió. Pasó un tiempo y otras personas empezaron a estar. Sus consejos no eran condiciones tipo "lo sigues y te amo", sino que eran "entiendo esto, pero no está bien. Aun así, tú decides, y aquí voy a seguir no importa qué". Puede ser que eso les parezca básico, pero para mí fue un regalo. Fue innovador. Lo más impresionante fue cuando tuve situaciones difíciles con esas personas y decidían arreglar y seguir, en vez de marcharse o descartarme o pensar lo peor de mí. Tal vez, sí pensaban lo peor y me odiaban por momentos, pero oraban y decidían que obedecer a Dios era sobre todo; y decidían amarme otra vez.

Mientras leía Marcos (el evangelio), una línea me hizo detenerme. En el capítulo catorce, Jesús se aparta con Pedro, Juan y Jacobo, y les dice que está tan angustiado que se siente morir. Les pide que oren, pero se duermen. Después, los regaña por dormirse. Jesús tenía toda la ayuda de Dios. Se apartaba a orar constantemente. Tenía comunicación directa con El Padre. De todas formas, se llevó a sus amigos. Quería y necesitaba a sus amigos cerca en el tiempo de angustia. Esto me enseña mucho. Entiendo que, como con Jesús, a veces la gente a mi alrededor se duerme; pero Dios sigue conmigo. Después, despiertan, me escuchan y acompañan. Dormir, en este contexto, significa que fallan, que algunos sí se van, que no todos son iguales. Hay momentos en los que no aparecen, pero esos amigos sanaron mi corazón. Fueron la herramienta más eficaz que Dios pudo usar para enseñarme Su corazón en cuanto a las relaciones. Es que tenemos que tener claro que todo viene de Dios. Ellos no me salvan. Su obediencia les permitió ser instrumento de Dios. Nosotros también podemos serlo.

Un día, alguien me dijo que la gente rota rompe. Nuestra historia puede ser justificación suficiente para vivir dañados y dañar a otros. Lo que pasa es que Jesús no nos quiere ahí. Eso es puro amor, porque no hay forma de que seamos felices en ese estado. Entonces, ¿cómo Dios puede dar el deseo del corazón de una niña que ha sido herida, rota y dañada? Un deseo tan específico, que requiere un ambiente sano y lleno de amor. Pues mostrándole cómo se ve. Sanando a través de Su Espíritu Santo. Sanando a través del amor de otros que están en procesos parecidos al suyo, pero que son obedientes. ¿Qué me toca? Escuchar Su voz y obedecer. Orar, leer la Biblia y obedecer. Obedecer me llevó a servir, y servir me llevó a las relaciones. Mi historia es tema constante de conversación porque ahora me encanta estar rodeada de personas; me gusta compartir lo que Dios ha hecho y todo lo que me ha sanado y enseñado. No soy la misma de hace cinco años. Me encanta que la gente me lo diga. Dios se glorifica en el milagro de una vida sanada. Ha tomado tiempo, pero Dios no se ha detenido. También llega gente nueva todo el tiempo.

Nuestra relación más importante siempre va a ser con Dios. Nada cambia eso. Si todas nuestras demás relaciones nacen de una relación sólida con Dios, vamos a vivir en armonía. Si todas las personas funcionan bajo ese orden, tomarán decisiones que nos bendicen porque saben que tienen que honrar a Dios primero. ¿No es mejor aprender eso antes de descifrar si quieres casarte o no? Absolutamente. Qué bueno que Dios me ha dado el tiempo de aprender eso y sobre todo de dejarme ver que tengo la capacidad de amar bien a otros y que sea lo que decida, no va a ser una decisión hecha por miedo, rencor o por protegerme. Confío en que Dios me llevará a desarrollar relaciones saludables con Su ayuda y compañía.

¿Cuál es la invitación aquí? Que te dejes amar. Primero por Dios y luego por las personas. ¿No quieres? ¿Tienes miedo? ¿No sabes cómo se ve o por dónde empezar? Deja que Jesús te ayude y dirija. Él sabe el camino, porque Él es el camino.

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About this Plan

Floreciendo en la soltería

Floreciendo en la Soltería es un estudio de 7 días que busca acompañarte a descubrir la invitación de Jesús para tu vida, definir tu identidad en lo que Dios ha dicho sobre ti y disfrutar de este temporada al máximo. Mi deseo es que recuerdes que estás soltera, pero no estás sola. No estamos solas. Estamos juntas. -Ana Lissette

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