Floreciendo en la solteríaSample
La soltería y yo
Hace un par de años, recordé que de niña oré y le dije a Dios que cuando fuese grande quería tener una familia en la que los miembros fueran felices, amaran estar juntos, se sintieran amados y pudiésemos honrarlo juntos. Quería tener una casa a la que a las personas les gustara llegar. ¿Qué niña ora así? Pues yo. La que no tenía nada de eso en su casa y lo deseaba con todo su corazón.
En algún lugar del camino, olvidé esa oración. Las cosas de la vida, las decisiones de los adultos, el tener que sobrevivir, todo eso me hizo pensar que no podía contar con otros y lo más seguro era estar sola. No me di cuenta de que esa convicción se estaba desarrollando. Pasó porque sí. Tampoco había un ejemplo a mi alrededor que me mostrara que el amor romántico existiera o que estar casado funcionaba. Constantemente, escuchaba que no se podía confiar en la gente, que los amigos no eran para siempre, que ni con la familia se está seguro. A eso podemos añadir los episodios de violencia en mi entorno.
Entonces, me choqué con Jesús. Con Él, todo se ve diferente. Hay un Jesús legalista y punitivo que enseñan por ahí, pero mi Jesús es todo amor, misericordia, perdón y amor. El amor es tanto y tan grande que hay que repetirlo. Ese amor empezó a impulsar una transformación en mí. De forma gradual, mientras desarrollaba una amistad con Él, fui recordando cosas que necesitaba sanar. En mi proceso, busqué ayuda profesional; leía la Biblia y oraba. Todo comenzó a cambiar poco a poco.
Hay tanto que puedo contar, pero hablando específicamente de la soltería, me di cuenta de la visión que tenía acerca de ella y que más allá de ser mi estado civil, era mi muro de protección. Leer la Biblia fue lo más útil; y 1 de Corintios 7 es revelador. Casarse no es malo (esa parte me tomó mucho tiempo aceptarla), pero como soltera, me debo a mi Señor y a Su obra. Me empoderó saber que Dios tenía un plan para mí en donde estaba y que me tocaba dedicarme a Él. No hay que tener prisa de cambiar mi estado actual, me toca confiar en que mi Señor, que me ama, me va a llevar de la mano a seguir siendo la mejor versión de mí.
No importa si algún día nos vamos a casar o si decidimos seguir solteras, si tu historia es diferente y creciste en un hogar feliz lleno de amor, lo importante es que Dios tiene un plan espectacular para nuestra vida y descubrirlo es el mayor regalo que nos podemos hacer. El seguir y escuchar a Dios me llevó a recordar esa oración que hice de niña. Qué mucho me ama mi Dios que recuerda los anhelos de un corazón que fue herido y lo restaura para que pueda orar, no desde el miedo y la protección, sino desde la libertad. Dios te ama así, sabe lo que necesitas y lo que tu corazón desea. No tengo duda de eso.
¿Qué te dice Dios hoy? ¿Hacia dónde te dirige? Todas nuestras historias son diferentes, pero eso es lo más importante. Él ya sabe lo que tiene que pasar. Solteras, disfrutemos del privilegio que es dedicarnos solamente a nuestro Señor. Eso no lo tienen todas. Como dice Pablo, no es malo casarse, pero a la vez que tomamos esa hermosa decisión, nuestra vida cambia. La soltería es una etapa que para algunas tiene fecha límite. No nos apresuremos.
About this Plan
Floreciendo en la Soltería es un estudio de 7 días que busca acompañarte a descubrir la invitación de Jesús para tu vida, definir tu identidad en lo que Dios ha dicho sobre ti y disfrutar de este temporada al máximo. Mi deseo es que recuerdes que estás soltera, pero no estás sola. No estamos solas. Estamos juntas. -Ana Lissette
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