Floreciendo en la solteríaSample
Mentiras vs. verdades de Dios
¿Cuántas veces has escuchado: "Eres guapa, entonces, ¿por qué sigues soltera?"? Te puedo decir que muchas. Por lo regular, va seguido de "Tal vez es que tienes un carácter muy fuerte" o "¿No crees que deberías modificar tus expectativas?". Uno se siente bien con lo de "guapa", pero pasa del halago al juicio demasiado rápido. La cosa es que, si estás soltera, hay algo malo contigo y es tu culpa. Es lo escondido bajo ese tipo de preguntas. Si el problema no es que eres tan fea que nadie te quiere, entonces es tu personalidad. Me encantaría decir que ese es el pensamiento de los simples, pero ha sido el de gente que considero inteligente y en muchas ocasiones, el mío propio.No creo que de la gente venga de malas intenciones, sino que es producto de la realidad social. Se asume que todo el mundo quiere estar casado. Si eres mujer y no lo estás, "tienes que bregar con tus problemas antes de que se te pase el tiempo". Si pasas de los treinta y peor, de los cuarenta, te vas a quedar sola por siempre. ¿Leíste que es tu culpa?
De nuestro interior tampoco viene de malas intenciones. En mi caso, viene de inseguridades, complejos que tengo que aceptar; y de necesitar una explicación a por qué soy diferente. Es que se supone que todo el mundo quiera casarse, ¿no? ¿Qué pasa conmigo? ¿Será que de verdad soy fea con una personalidad horrible?
Te comparto un secreto. Las inseguridades no son exclusivas de las solteras. Creo que hay una realidad universal que aplica a toda mujer casada o soltera: es bien fácil creer lo peor y más negativo de nosotras. Lo escogemos y preferimos sobre opciones positivas.
Siempre hay unicornios que admiro que son seguras de quiénes son y lo que traen a la mesa, pero eso no describe a la mayoría. Algunas nos sentimos seguras con algunas cosas, pero hay otras en las que no nos tratamos con amor. Muchas veces, tiene que ver con lo que escuchamos, pero muchas veces, tiene que ver con nuestra percepción de lo que es ideal. Tengo que confesar que soy extremadamente severa conmigo. Constantemente, me echo la culpa por las cosas o me evalúo usando una rúbrica lejana de la opinión de Dios.
Hay cosas que son ciertas, pues somos emocionales; a veces, reaccionamos con ira, puede que tratemos mal a la gente de momento, puede que cantemos feo. Hay cosas que son ciertas. La pregunta es: ¿Nos descalifica? ¿Nos hace indignas? ¿Significa que no merecemos amor? La respuesta es no, no y Dios me ama donde estoy. El que creamos lo contrario es mentira. La mejor forma de sacar esas mentiras es aprendiendo las verdades de Dios. Tenemos que leer Su palabra. Romanos 12:2 dice que si decidimos cambiar esos pensamientos, sacar esas mentiras y renovar nuestra mente, vamos a descubrir qué es lo que Dios tiene para nosotros. La voluntad de Dios es buena y agradable, dice una versión. Creo que eso no suena a que pensemos cosas horribles de nosotras mismas. Él nos ama. Él quiere que lo amemos y nos amemos para que podamos amar a otros correctamente. Sea que nos casemos o nos quedemos solteras, somos sus hijas. Valoremos Su creación. Usemos Sus lentes para mirarnos y Su rúbrica para evaluarnos. Ambas cosas partirán de Su gran amor.
Entonces, como soy la que escribe este devocional, voy a añadir algo importante. Que tengamos preguntas o sintamos que necesitamos una explicación por la soltería de otras o por la nuestra no está mal. La cosa es que sepamos a quién hacerle la pregunta. Como hablamos ayer, ora. Si es casada, ora por tu amiga soltera y ora por ti, porque tú no tienes que entender nada. Ora para que el plan de Dios se cumpla en la vida de tu amiga y en la tuya. Si eres soltera, ora porque Dios te ama y está haciendo algo hermoso en tu vida. Ora, lee Su palabra y deja que Dios sea. Esto nos aplica a todas.
About this Plan
Floreciendo en la Soltería es un estudio de 7 días que busca acompañarte a descubrir la invitación de Jesús para tu vida, definir tu identidad en lo que Dios ha dicho sobre ti y disfrutar de este temporada al máximo. Mi deseo es que recuerdes que estás soltera, pero no estás sola. No estamos solas. Estamos juntas. -Ana Lissette
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