«La plenitud de Dios»Muestra
«La gloria de Dios se forja en nosotros»
Primero, la gloria de Dios se forja en nosotros; luego, regresa a Dios para glorificarlo. El apóstol oró pidiendo que Dios fortaleciera a los santos conforme a su gloria. Luego, la gloria de Dios, después de ser forjada en ellos, vuelve a Él juntamente con los santos fortalecidos. De manera que Dios es glorificado en la iglesia.
Unos versículos antes, Pablo pide que el Padre, conforme a las riquezas de su gloria, nos fortalezca con poder en el hombre interior. Ser fortalecidos en el hombre interior conforme a la gloria implica que la gloria de Dios se forja en nuestro ser. Primero, la gloria llega a nosotros, y luego, regresa a Dios. Cuando la gloria entra en nuestro ser, somos llenos y fortalecidos; y cuando regresa a Dios, Él es glorificado en la iglesia. Esta es la única manera de ser fortalecidos conforme a la gloria de Dios.
En los versículos 20 y 21, Pablo parecía decir: «Ahora que la iglesia ha llegado a existir como plenitud de Dios, entonces Dios puede ser glorificado en ella. Antes, era imposible que la gloria volviera a Dios; pero ahora es posible, porque la iglesia ha llegado a ser la plenitud de Dios de manera práctica».
La iglesia, es la gloria de Dios, la cual llega a nosotros juntamente con Él y vuelve a Él juntamente con nosotros. En tal iglesia se da un tráfico de doble sentido por medio del cual, la gloria de Dios se forja en nuestro ser y Dios es glorificado en nosotros. A este tráfico hace alusión la frase «ahora bien».
La iglesia, la familia de los creyentes, es la primera en dar gloria a Dios el Padre, al permitir que la gloria de Dios se forje en ella. En todo el universo, nosotros los creyentes somos las primicias. Si tomamos la iniciativa en glorificar a Dios, todas las demás familias del cielo y de la tierra harán lo mismo y también lo glorificarán.
A pesar que la iglesia ha estado en la tierra por mucho tiempo, todavía no ha llegado al punto de ser la plenitud de Dios. Hoy no se ve mucha gloria para el Señor en la iglesia por causa de nuestra indiferencia, ignorancia, irresponsabilidad, inmadurez, carnalidad y vanagloria. Todos tenemos que darnos cuenta de nuestra necesidad de la operación interior, la energía de este poder para que sea fortalecido nuestro hombre interior.
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuando las riquezas de Dios están en Dios mismo, son sus riquezas, pero cuando estas riquezas son expresadas, llegan a ser su plenitud. Cuando hablamos de la plenitud de Dios, nos referimos a que las riquezas de todo lo que Dios es, han llegado a ser su expresión por medio de Cristo en nosotros.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com