«La plenitud de Dios»Muestra
«La plenitud de Dios vino con Cristo»
Según Juan, la plenitud de Dios vino con Cristo, quien es la corporeización de la plenitud de Dios. Con relación al Cristo Encarnado, la expresión de Dios se manifestaba a nivel individual y su presencia estaba limitada al lugar donde Jesús de Nazaret caminaba, por lo tanto, esta expresión necesitaba agrandarse, extenderse, del aspecto individual al aspecto corporativo. Hoy, la iglesia es la plenitud de Dios de una manera corporativa.
Dios no se expresa en la iglesia por medio de individuos, sino colectivamente por medio del Cuerpo, por medio de los creyentes, quienes juntos hemos sido llenos de las riquezas de Cristo. Por consiguiente, la plenitud de Dios está corporizada en la iglesia, y es la expresión del Dios Triuno. La iglesia irá de gloria en gloria, y será manifestada no por los dones de un ungido famoso, sino por la expresión de la vida de Cristo y por la manifestación del poder de todos los hijos de Dios. Estos hijos han sido ungidos para conformar el Cuerpo de Cristo, quien es el Ungido de Dios.
Dios es poderoso para hacer todas las cosas
Pablo habla de: «Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos». En el sentido estricto, las palabras «pedimos o pensamos», se refieren a las cosas espirituales relacionadas con la iglesia, y no a las cosas materiales. En cuanto a las cosas espirituales, no solamente debemos pedir, sino también pensar. Tal vez pedimos más de lo que pensamos. Dios no sólo cumple lo que pedimos por la iglesia, sino también lo que pensamos con respecto a ella, y Él es poderoso, para hacer mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros.
El poder con el que Dios puede hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, difiere de su poder creador. En este contexto de Efesios 3, no se refiere a la creación, sino a la iglesia. A menudo escucho a los santos citar fuera de su contexto el versículo 20, cuando testifican que Dios los ha bendecido con cosas materiales.
Citar este versículo con dicho propósito, equivale a aplicarlo de una manera incorrecta. Pablo no se refiere a lo que Dios hace por nosotros externamente, sino a lo que opera en nosotros internamente. El apóstol menciona en específico «el poder que actúa en nosotros», refiriéndose al poder interior, el poder de resurrección.
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuando las riquezas de Dios están en Dios mismo, son sus riquezas, pero cuando estas riquezas son expresadas, llegan a ser su plenitud. Cuando hablamos de la plenitud de Dios, nos referimos a que las riquezas de todo lo que Dios es, han llegado a ser su expresión por medio de Cristo en nosotros.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com