«La plenitud de Dios»Muestra
«Dios se glorifica en la iglesia»
El poder creador de Dios produce las cosas materiales que están a nuestro alrededor, mientras que su poder de resurrección, realiza en nuestro ser interior las cosas espirituales para la iglesia. Que Dios nos supla una necesidad, no requiere que el poder de resurrección opere en nosotros. El hecho de que Dios sea poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos no está relacionado con lo que Él hace en nuestro entorno, sino con la obra orgánica y metabólica que lleva a cabo, formando a Cristo dentro de nosotros.
La acción de pedir y pensar, debe aplicarse a la iglesia. Debemos pedir y pensar con respecto a ella, no acerca de cosas triviales relacionadas con nuestras circunstancias. Nuestras peticiones y pensamientos deben centrarse en el propósito de Dios, el cual consiste en que Él se imparta en nosotros, a fin de producir la iglesia como expresión de Cristo. Cuando pedimos y pensamos lo que beneficia a la iglesia, Dios siempre hará todas las cosas mucho más abundantemente de nuestras expectativas naturales.
Debemos pedir y pensar de manera que contribuya a que vivamos la realidad de Cristo morando en nuestros corazones y que la iglesia se llene hasta la medida de toda la plenitud de Dios. Si pedimos y pensamos así, ciertamente estaremos en el espíritu, y todo lo que pidamos con respecto a la iglesia será contestado de una manera superabundante y en consecuencia todo lo nuestro será suplido oportuna y generosamente.
Dios es glorificado en la iglesia
Pablo dice: «a Él sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén». Los versículos 20 y 21 de Efesios 3, componen una doxología, la alabanza más sublime que se haya descrito en las epístolas neotestamentarias. Dicha alabanza sólo pudo ofrecerse después que la iglesia llegó a existir de manera práctica.
Las palabras «a Él», comunican la idea, que algo procedió inicialmente de Dios y que ahora vuelve a Él. Pablo pide en su oración al Padre que fortalezca a los santos conforme a las riquezas de su gloria. Esto implica, que la gloria de Dios se forja en los santos. En la doxología, Pablo dice: «a Él sea gloria», lo cual implica que la gloria de Dios vuelve a Él después de forjarse en los santos.
Acerca de este Plan
Cuando las riquezas de Dios están en Dios mismo, son sus riquezas, pero cuando estas riquezas son expresadas, llegan a ser su plenitud. Cuando hablamos de la plenitud de Dios, nos referimos a que las riquezas de todo lo que Dios es, han llegado a ser su expresión por medio de Cristo en nosotros.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com