Viviendo transformadoMuestra

Perseguida por Dios

Como mujeres, queremos sentirnos valoradas y buscadas. Queremos ser deseadas a tal punto de que alguien se esfuerce para alcanzarnos. A pesar de que luce diferente en el matrimonio, amistad, y relaciones con nuestros padres, sabemos que somos alcanzadas cuando se toman el tiempo de focalizarse en nosotras.

Desear ser alcanzadas no es un signo de vanidad. Dios puso ese deseo en nosotras porque fuimos hechas a Su imagen y Él también quiere ser alcanzado, por nosotras. Fuimos creadas para adorarlo y alabarlo. Y ese deseo de ser perseguidas por Dios está en nosotras.

Dios nos persigue todo el tiempo. Si estás sintiéndote sola, abandonada, o no querida debido a lo que el mundo dice, detente y ve cómo Dios te persigue. Te ha perseguido tu vida entera, y conciencia de Su persecución es cómo podemos reconocer Su presencia.

Recuerda ese momento en tu vida en que te sentías hermosa, feliz. ¿Dónde estabas y qué estaba pasando en la naturaleza a tu alrededor?

En mi caso, yo estaba parada en la playa con el viento soplando en mi cabello. Siempre he sido comparada con mi hermana y me sentía como el patito feo. Pero en la playa, me sentía hermosa. No tenía que ver con mi traje de baño o la gente a mi alrededor. Ahí parada, me sentía una modelo.

El viento siempre estuvo allí, y ahora, soy capaz de reconocer que era Dios persiguiéndome. En tu caso, quizás sea la lluvia que calma tu alma, observar animales en la distancia, o la nieve suave cuando está todo tan calmo que puedes oír tus pensamientos. Sea lo que sea, el sentimiento no puede ser duplicado por el hombre. Sólo Dios puede hablar a tu corazón de esa forma.

Cuando aprendes a reconocer a Dios persiguiéndote, será reconfortante en medio de un momento difícil o algo que no entiendes. Él dice que nunca nos dejará. Y si crees Su Palabra, eso significa que en el más brillante y en el más oscuro de los momentos, Él está ahí. En el punto más bajo de nuestra vida, Dios nos muestra que Él está con nosotros a través del dolor en actos de persecución.

Tú eres Su creación atesorada. Él quiere que sientas Su amor. Pídele que abra tus ojos para ver cómo te persigue.