Disfrutando De La MaternidadEjemplo

Disfrutando de la maternidad
por Kathryn Egly

Ser madre es increíble, pero también puede ser increíblemente difícil.

Intento dejar la casa ordenada antes de irme a dormir por la noche, pero a las 10 de la mañana parece que ha pasado un huracán. El desayuno está terminado, pero los platos están apilados en el fregadero, la leche se ha derramado y "más o menos" ha sido limpiada. Miro hacia la sala de estar y mis cuatro hijos han sacado todas las almohadas y mantas que tenemos para hacer un fuerte. Miro a mi alrededor y veo la casa desordenada y me siento abrumada.

Algunos pensamientos que pasan por mi cabeza:

"Nunca tendré una casa limpia".

"Estoy deprimida".

"No puedo hacer esto".

Me doy unos 60 segundos para sentirme así, luego me detengo a propósito. Elijo pensar cosas diferentes y mi estado de ánimo cambia inmediatamente.

“No puedo hacer esto” se reemplaza por:

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

“Estoy deprimida” se reemplaza por:

“Este es el día que hizo el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él” (Salmo 118:24 NVI).

“Nunca tendré una casa limpia” se reemplaza por:

“Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio; pero por la fuerza del buey hay abundancia de fruto” (Proverbios 14:4 NVI).

Tengo niños pequeños viviendo aquí, pero con el tiempo volveré a tener una casa limpia. El desorden significa que aquí hay vida.

¡Elijo la gratitud a propósito!

Miro las migas y los derrames del desayuno y pienso: "¡Mis hijos no tienen hambre! ¡Tienen comida para comer!".

Miro la pila de almohadas y mantas (también conocida como “el fuerte”) en la sala de estar y pienso: “¡Son creativos! ¡Están jugando juntos!”.

La maternidad es un viaje, un viaje duro pero lleno de alegrías en el que tu vida ya no te pertenece. Se trata de elegir la alegría incluso con el desorden, el ruido y la falta de tiempo libre. Es elegir la gratitud cuando el enemigo te dice que estás deprimida.

Elijo la alegría un día a la vez, a veces un minuto a la vez.

¡Sentirse estresado es una elección! ¡La alegría y la gratitud también son elecciones! Elige bien.

La alegría no nos llega por casualidad. Tenemos que elegirla y seguir eligiéndola todos los días. – Henri Nouwen