Disfrutando De La MaternidadEjemplo

Preocupación, preocupación, preocupación: ¿de qué te preocupas?
por Deb Weakly

Cuando mis hijos eran bebés, me preocupaba que murieran mientras dormían.

Cuando eran pequeños, me preocupaba que se enfermaran gravemente o tuvieran un accidente grave.

Cuando estaban en la escuela primaria, me preocupaba mi total incompetencia como madre y sentía que no sabía cómo criar a mis hijos para que fueran cristianos.

Cuando estaban en la escuela secundaria, me preocupaba que se alejaran de Dios o que no lo siguieran.

Preocuparse, preocuparse, preocuparse.

¿Qué logra? ¡Nada! Provoca noches de insomnio y días llenos de temor. La preocupación nos roba el gozo y permite que Satanás se afiance en nuestros pensamientos.

Luché tanto con la preocupación y la ansiedad que me robaron la alegría. Cuando me concentraba en las cosas malas que podían pasar, apenas notaba las cosas buenas que estaban frente a mí.

Jesús nos dice específicamente que no nos preocupemos por el mañana. Me encanta la historia de Corrie Ten Boom sobre cómo Dios nos da gracia, un día a la vez. Cuando alguien le preguntó cómo pudo soportar la persecución y el sufrimiento que sufrió en los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, dijo que contó con la insondable gracia de Dios para ayudarla.

Corrie dijo que cuando era niña, viajaba frecuentemente en tren con su padre. Él comprendió que ella no necesitaba el boleto de tren para el viaje hasta justo antes de subir al tren. Le dio el boleto justo en el momento en que lo necesitaba.

Ella dijo que la gracia de Dios es como ese boleto de tren. No lo recibimos hasta que lo necesitamos. Entonces, cuando nos preocupamos por el mañana y por todas las cosas que podrían salir mal, no tenemos la gracia de Dios para ayudarnos porque aún no hemos llegado allí. Nos estresamos y nos estresamos en vano. No ayuda y, de hecho, la preocupación solo nos hace daño. De todos modos, no podemos hacer nada por el mañana. Entonces, ¿por qué no confiar en Dios por hoy y vivir el momento?

Así que no os preocupéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propios afanes. A cada día le bastan sus propios afanes. (Mateo 6:34)

Dios nos ha dado todo lo que necesitamos: Su poder en nosotros, Su Palabra y Su gracia día a día. Él sabe que queremos que nuestros hijos lo sigan y lo amen todos los días de sus vidas. Dios sabe que tenemos problemas financieros, matrimoniales o de salud. ¡Él es un Padre bueno y nos ayudará en todo lo que tengamos que enfrentar!