3 personas que recibieron y siguieron la visión de Dios
Parte 1: Pablo

Pablo, que en el pasado fue un feroz perseguidor de cristianos, pensó que tenía una visión clara para su vida. Buscaba celosamente a seguidores de Cristo, creyendo que estaba cumpliendo su propósito. Pero en el camino a Damasco, Dios intervino. En medio de su misión de arrestar a más cristianos, Pablo tuvo un encuentro con Dios que le cambió la vida. Dios lo detuvo en seco y le dijo: «Ya basta, Pablo. Deja de perseguir a mi pueblo. Esto es lo que tengo planeado para ti».

«Ahora levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer» — Hechos 9:6.

Después de cegar a Pablo durante tres días, Dios envió a Ananías para revelarle Su visión para la vida de Pablo. El pasado de Pablo había sido impulsado por una misión equivocada, pero la visión de Dios redirigió radicalmente su camino.

“Ve, porque instrumento escogido me ha sido escogido para dar a conocer mi nombre a las naciones, a sus reyes y al pueblo de Israel; y yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” — Hechos 9:15-16.

Aplicación: Puede que sientas que has llegado demasiado lejos o que tu pasado te descalifica para recibir una visión de Dios. Pero si Dios puede transformar a un hombre como Pablo, que una vez se opuso a su reino, ¿cuánto más puede hacer contigo si lo buscas? Pablo nunca podría haber imaginado que llegaría a escribir un tercio del Nuevo Testamento y plantaría las primeras iglesias que difundirían el Evangelio al mundo. Su vida es prueba de que la visión de Dios es mucho mayor que cualquier cosa que podamos imaginar.

“Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Y que no han subido al corazón del hombre, Todo lo que Dios ha preparado para quienes lo aman” — 1 Corintios 2:9.

Si buscas la visión de Dios para tu vida, Él te llevará en un viaje que superará tus sueños más descabellados, tal como lo hizo con Pablo.

Paso de acción: tómate un momento hoy para reflexionar sobre la historia de Pablo. No importa dónde te encuentres en la vida o cuán lejos te sientas del plan de Dios, recuerda que Su visión para ti todavía es posible. Pasa tiempo en oración, pidiéndole a Dios que te revele Su propósito para tu vida, tal como lo hizo con Pablo. Mantente abierto a dejar ir tus errores pasados ​​o planes actuales, y permite que Dios redirija tu camino hacia Su visión más grande.

¿A qué cosas o relaciones has dicho que sí que no son el plan de Dios para tu vida? Toma la decisión de alinearte nuevamente con el plan de Dios tal como lo hizo Pablo.

Escribe cualquier impresión, pensamiento o sentimiento que te venga a la mente durante este tiempo de oración, y confía en que Dios está trabajando para dar forma a tu futuro. Busca Su guía todos los días, sabiendo que, como Pablo, Dios puede usarte de maneras que nunca pensaste que fueran posibles.