¿QUÉ SIGNIFICA LA VISIÓN?

La visión es una de las fuerzas más poderosas de la Tierra. Te permite ver más allá del mundo físico, alcanzando lo invisible y lo posible. En griego, la palabra para visión es “Optica”, que significa “vista”, pero no cualquier vista; es una vista que va más allá de la vista natural. Hay una diferencia entre lo que tus ojos pueden ver, que es una visión natural, y lo que tu corazón y tu espíritu pueden percibir, una visión espiritual.

“La visión de Dios, cuando se combina con la fe, te permite creer en lo imposible, ver lo invisible y recibir lo sobrenatural”.

Visión personal vs. Visión corporativa

Hay dos tipos de visión: personal y corporativa. Una visión corporativa se le da a un individuo, como Moisés, Jesús o Pablo, pero es tan amplia que requiere la colaboración de muchos para cumplirla. En la iglesia, Dios le da una visión corporativa al pastor, y cada miembro juega un papel en el cumplimiento de esa visión.

Si bien Dios también le da a cada persona una visión personal para su vida, es esencial que esta visión se alinee con la visión corporativa de la iglesia y sirva a ella. Cuando priorizas la visión de Dios, todo lo demás se te suma. Se trata de poner el negocio de Dios en primer lugar y darle gloria a Él mediante tu servicio a Su reino.

Visión y propósito

Tu visión debe estar ligada al propósito que Dios te dio. Si bien nosotros, como humanos, podemos crear visiones a partir de nuestra imaginación, la verdadera visión proviene del Espíritu y se alinea con la voluntad de Dios para tu vida. Una visión de Dios no es algo que puedas lograr por tu cuenta; necesitas que Él la cumpla.

El impacto de la visión en tu vida

Claridad de propósito: cuando vislumbras la visión de Dios, tu sentido de propósito toma forma. Dios trabaja en tu espíritu para formar este propósito dentro de ti.

Libertad: la visión de Dios puede liberarte de la depresión, la falta de rumbo y la falta de motivación.

Disciplina y enfoque: Donde no hay visión, a las personas les falta control, enfoque y autodisciplina (Proverbios 29:18). Una visión te da el poder creativo, el discernimiento y la disciplina para avanzar con un propósito.

Sencillez: La visión acota tu enfoque. Simplifica la vida al eliminar las distracciones y las alternativas innecesarias.

Sin la visión de Dios, corres el riesgo de estancarte y quedar atrapado en cosas buenas pero menores. Si Satanás no puede hacerte pecar, tratará de mantenerte ocupado. El verdadero peligro no está en perseguir cosas malas, sino en conformarte con una visión "buena" cuando Dios tiene una sobrenatural para ti. Su visión es una tarea única, diseñada especialmente para ti, y debes permanecer en tu carril para cumplirla.

La visión hace la diferencia

Se me parte el corazón cuando veo a alguien atado por sus condiciones pasadas o presentes, incapaz de ver el potencial que Dios ha puesto en él. La visión te hace organizar tu vida para cumplirla. Cuando te alineas con la visión de Dios, tu vida se enfoca y cada paso se vuelve intencional.

La visión de Dios para ti

En última instancia, no se trata de la visión que le presentas a Dios, sino de la visión que Dios tiene para ti. Cada uno de nosotros debe cultivar una relación personal con Cristo para descubrir esta visión. A través de esto, edificamos el cuerpo de Cristo y vivimos una vida llena de propósito, significado y dirección.

“Donde no hay visión [ninguna revelación de Dios y Su palabra], el pueblo se desenfrena, pero feliz y bienaventurado es el que guarda la ley [de Dios]” —Proverbios 29:18.

Deja que la visión de Dios defina tu tarea, guíe tus pasos y dé forma a tu futuro, recordando siempre que necesitas que Él la haga realidad.

Paso de acción: Hoy, tómate un tiempo para reflexionar sobre la visión que Dios tiene para tu vida. Comienza orando y pidiéndole a Dios que te revele Su visión. Considera estas preguntas:

¿Qué ha puesto Dios en tu corazón que sientes que es más grande que tú?

¿Cómo se alinea tu visión personal con la visión corporativa más amplia de tu iglesia o comunidad?

¿Hay áreas en tu vida en las que te has estado conformando con lo "bueno" en lugar de lo mejor de Dios?

Escribe cualquier idea o impresión que te venga a la mente y comprométete a organizar tu vida en torno a esta visión. Pídele a Dios disciplina, claridad y guía para seguir adelante, confiando en que Él te equipará para cumplir Su propósito.