De Agotado a BendecidoMuestra

El camino hacia el agotamiento

La gente se agota siguiendo un camino predecible. Primero, hacemos concesiones. Sabemos lo suficiente sobre el cuerpo humano para saber qué debemos hacer, pero engañamos al sistema. “Sé que dicen que debería dormir ...x… horas, pero voy a…, sé que mi médico dice que debo ir mas despacio, pero he llegado hasta aquí trabajando tan duro”.

Segundo, compensamos. No fuimos creados para dormir tan poco, así que lo compensamos con una cafetera o un pack de seis Coca-Cola Light. No fuimos creados para tanto trabajo, tanto estrés, tan poco descanso, así que nos relajamos con unas cervezas o un par de pastillas. Sabemos que siempre estamos estresados, así que lo “arreglamos” tomando unas vacaciones.

Tercero, nos derrumbamos. Nos desmoronamos. Lloramos. Perdemos nuestro impulso, nuestro deseo, nuestra sonrisa. Nos volvemos insensibles, cínicos, amargados, robóticos, desinteresados. Dejamos de producir el fruto de la paciencia, la mansedumbre y la alegría. Necesitamos ayuda seria. ¿Te ves en algún lugar de ese camino? No es demasiado tarde para recordar que el Padre te creó, su Hijo te salvó y su Espíritu vive dentro de ti. Observa a quién dirige Jesús esta invitación: “Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar” (Mateo 11:28). Todos los que están cansados ​​pueden encontrar descanso en Jesús. No importa quién eres, dónde estés o qué ritmo hayas llevado, eso te incluye a ti. Así que ven a Jesús y encuentra descanso para ambos el cuerpo y el alma.