De Agotado a BendecidoMuestra

Jesús se tomó descansos

Una de las razones por las que los cristianos a menudo nos agotamos es porque creemos que estamos siguiendo los pasos de Jesús. Jesús trabajó duro, ¿no es así? Se sacrificó y sirvió para que la gente pudiera ser sanada y salva, ¿correcto? ¿No deberíamos hacer lo mismo, poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras?

No exactamente. Considera estos curiosos versículos del capítulo 5 de Lucas: “Pero su fama seguía extendiéndose, y mucha gente se reunía para escucharlo y para que los sanara de sus enfermedades; pero Jesús se retiraba a lugares apartados para orar” (versículos 15,16). Jesús no sirvió a la gente hasta que todas sus necesidades estuvieran satisfechas. En cambio, trabajó y luego se retiró. Sirvió y luego se alejó. Se esforzó mucho y luego hizo una pausa. Eso no hizo que Jesús fuera perezoso o egoísta. Lo convirtió en un creacionista funcional que siguió las reglas que nuestro Creador puso en el cuerpo humano.

Algunos tipos de personalidad, especialmente las personas sumamente compasivas y las que tienen grandes logros, tienen dificultades para bajar el ritmo, dar un paso atrás y decir que no a las peticiones de los demás. El triste resultado es que rápidamente se quedan sin energía y se vuelven poco cariñosos con las personas que los conocen mejor. Si eso suena como tú (o alguien que amas), piensa en el ejemplo perfecto de Jesús, el Salvador sin pecado que “se retiraba a lugares apartados”. A veces, tomarse un día para disfrutar de la presencia y la creación de tu Padre es lo más parecido a Cristo que puedes hacer.

Toma un descanso. Sé como Jesús.