De Agotado a BendecidoMuestra

Jesús te llevará a la meta

Hace años tomé la tonta decisión de intentar correr una maratón mucho más rápido de lo que estaba entrenado para correr. Durante los últimos diez kilómetros de la carrera, me moví arrastrando los pies y gemí, sin estar seguro de si llegaría a la meta.

Cuando llegué a una parada para tomar agua frente a una estación de noticias local, un meteorólogo local llamado Bill me vio. Debí parecer un muerto viviente porque agarró un vaso de agua y caminó hacia mí. Puso un brazo sobre mi hombro, me entregó la bebida y me animó a no rendirme, sino a seguir corriendo mi carrera. De alguna manera lo hice. Llegué a la meta y conseguí mi elegante medalla de maratón.

Jesús es como ese meteorólogo. Puede que hayas corrido una carrera tonta en tu vida, pero Jesús viene a ti con compasión hoy. Puede que hayas hecho cosas tontas con tu cuerpo, trabajando demasiado o ejercitándote muy poco, pero Jesús dio su cuerpo para tu perdón. Puede que estés agotado, pero Él aún te ofrece su bendición: su brazo amoroso sobre tus hombros, sus palabras de perdón para tu alma cansada, su Espíritu para llevarte a la meta. Dios está extendiendo su mano a sus hijos con calambres y con problemas con amor, con gracia, con perdón por cada paso que no deberíamos haber dado.

Bebe estas refrescantes palabras de Jesús: “Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar” (Mateo 11:28).