De Agotado a BendecidoMuestra

La sabiduría del margen

Se puede aprender mucho de una hoja de papel de cuaderno. Basta pensar en esas pequeñas líneas rojas cerca del lado izquierdo, las que crean un margen. ¿Por qué dejar ese espacio en blanco? ¿Por qué no llenar una página de borde a borde?

Porque el margen te deja espacio para agregar cosas en las que aún no habías pensado, o para editar u ofrecer mejoras para hacer tu primer borrador mejor. Además, la vista de una página repleta es visualmente estresante y desconcertante. Ver una te hace pensar: “¡Esta persona necesita ayuda!”.

¿Cuánto margen hay en tu vida? Si la semana pasada fue una hoja de papel, ¿cuánto espacio en blanco había? Para muchos de nosotros, hay muy poco margen. No hay espacio para bajar el ritmo, no hay tiempo para ser interrumpidos por la necesidad urgente de alguien, no hay oportunidad para que Dios edite nuestros planes abarrotados. No solo estamos ocupados. Estamos ocupados, ocupados, ocupados. Y eso me hace pensar: “Nosotros necesitamos ayuda”.

Salomón quiere ayudar. Él sabiamente nos recuerda: “Todo tiene su tiempo. Hay un momento bajo el cielo para toda actividad” (Eclesiastés 3:1). Hay un tiempo para trabajar como loco (los exámenes semestrales, un bebé recién nacido, la Semana Santa para los que están en el ministerio), y hay un tiempo para llegar tarde, salir temprano y disfrutar de un día en blanco en el calendario familiar.

Si estás abrumado por el trabajo estos días, deja que tu próxima hoja de papel te predique. Escribir funciona mejor cuando hay espacio en blanco. La vida también.

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