31 Lecciones Para Fortalecer La FeMuestra

Lección 5

El Poder de la Lengua

2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. 3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. 4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. 5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí !Cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! 6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. 7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana: 8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. 9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. 10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. 11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? 12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. 13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

Santiago 3:2-13

En las escrituras anteriores, encontramos que un hombre que es capaz de refrenar su lengua es también capaz de refrenar todo su cuerpo. La mayoría de los problemas que puedas estar teniendo con tu cuerpo pueden ser remontados a lo que has dicho con tu boca. Proverbios 6:2 (adición propia) dice: Te has enlazado (llevado cautivo) con las palabras de tu boca. Si esto es así - y lo es - entonces tiene sentido que si hablas palabras negativas, palabras llenas de contienda, cosas malas dominarán en tu vida. Por otro lado, si hablas la Palabra de Dios, podrás disfrutar vida y salud.

Leamos Proverbios 4:20-25:

20 Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. 21 No se parten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón. 22 Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. 24 Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. 25 Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.

¿Te das cuenta que tienes que apartar de ti la boca perversa? Para entender completamente esto, vamos a definir la palabra perversa. Significa una boca incontrolada, desobediente que no está bajo la convicción de la Palabra de Dios. En otras palabras, habla la sabiduría del mundo en lugar de la sabiduría de Dios. Por ejemplo, si tu alimentas tu corazón con los anuncios de televisión y anuncios de revistas en relación a enfermedades confesando "Todo el mundo tiene que enfermarse alguna vez", entonces el momento de los síntomas surge y abren camino en tu vida que es lo que vas a hablar de tu boca. Mateo 12:34 dice; de la abundancia del corazón habla la boca. En el instante en que tu sueltas la enfermedad a través de las palabras de tu boca, te quedas atrapado por esa enfermedad. Habla la Palabra de Dios; es medicina para tu carne.

Cuando llegas al punto de que tus palabras no se inclinarán a la enfermedad, entonces tú puedes controlar tu cuerpo. Puedes estar diciendo, "Pero la Biblia dice que la lengua no puede ser domada" No, eso no es lo que dice la Biblia. ¡Léelo otra vez! Santiago 3:7-8 dice que la lengua no puede ser domada por el mismo poder natural por el cual el hombre ha domesticado a los animales. Se necesita el poder sobrenatural de Dios para domar la lengua. ¿Cómo se logra esto? A través de la Palabra. A medida que ordenes tu conversación en la Palabra de Dios, comenzarás a domar tu lengua y al mismo tiempo a inyectar vida y la salud en tu cuerpo.

Usemos el mismo ejemplo que usamos antes y examinemos la diferencia entre la boca perversa y una lengua que ha sido domada por la Palabra de Dios. Yo no dije que ignores la existencia de la enfermedad. Estoy diciendo que declares la ley superior - la Palabra de Dios. Algunos de ustedes pueden estar diciendo: "Eso suena como ciencia cristiana". No, no lo es. En realidad es Sentido Cristiano. La Ciencia Cristiana niega la existencia de la enfermedad. Yo no estoy negando la enfermedad, sino que estoy negando su derecho a existir en mi cuerpo. Por Qué? Porque la Palabra dice, El mismo sufrió mis enfermedades y llevó mis dolencias. Por lo tanto, hablo de lo que la Palabra dice, me aferro a ella, y alabo a Dios, mi cuerpo responderá y se pondrá bien.

Te sugiero que leas, medites, y confieses las siguientes escrituras:

Oíd, porque hablaré cosas excelentes, Y abriré mis labios para cosas rectas. Porque mi boca hablará verdad,Y la impiedad abominan mis labios. Justas son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida.

Proverbios 8:6-8