31 Lecciones Para Fortalecer La FeMuestra
Lección 6
Andando en el Consejo de Dios
1 Bienaventurado (feliz, afortunado, próspero y envidiable) el varón que no anduvo en consejo de malos, [siguiendo sus consejos, sus planes y propósitos] Ni estuvo [sumiso e inactivo] en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores [y de burladores] se ha sentado [para relajarse y descansar]; 2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley (en los preceptos, las instrucciones, las enseñanzas de Dios) medita (reflexiona y estudia) de día y de noche. 3 Será como árbol plantado [y tendido] junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará [y llegará a la madurez].
Salmos 1:1-3 (NVI)
Qué emocionante es saber que Dios ha provisto una manera para que Sus hijos vivan en abundancia y prosperidad, aún mientras el resto del mundo está en medio de carencia y escasez. Algunos de ustedes se estarán preguntando, ¿cómo? La respuesta es muy clara por las Escrituras sobre la cual estamos basando esta lección: aprendiendo a andar en el consejo de Dios.
Debes tomar una decisión ya sea de andar en el consejo del mundo o en el consejo de Dios. No se puede andar en ambos consejos. Andar en el consejo del mundo es seguir su asesoría, sus planes y sus propósitos. El consejo del mundo se basa en la sabiduría que no viene de lo alto, sino que es sensual, terrenal y diabólico. (Santiago 3:15-17)
Cuando un hombre decide caminar en este consejo, él caminará con una actitud estando inseguro, simplemente porque no puede depender en el sistema de hacer las cosas del mundo. Sistema del mundo no es estable, y puede fracasar—lo que hace al hombre inestable y fracasado.
Andar en el consejo del mundo también te hace estar sumiso a todos los problemas, dificultades, males y preocupaciones que vienen a ti sin resistencia alguna. Comienzas a tomar la actitud de no hay nada que pueda hacer; Lo que será, será. Pero gracias a Dios, sí hay algo que puedes hacer de acuerdo a Santiago 4:7. Resistid al diablo, y él huirá de ti. Cuando un hombre ha hecho una decisión de calidad para andar en el consejo de Dios, él comenzará a posicionarse con un sentido de autoridad y una actitud de ser inamovible. En Efesios 6:10-17, encontramos los consejos e instrucciones del Espíritu Santo:
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, conque podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
Siguiendo Su consejo hará que llegues a ser como el hombre descrito por el salmista: fructífero y próspero, y maduro.
Nuestro primer paso de andar en fe es el nuevo nacimiento. En Efesios 2:8 leemos: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros; pues es don de Dios. La manera en que tu sueltas tu fe hacia el nuevo nacimiento se encuentra en Romanos 10:9. Afirma, Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Después del nuevo nacimiento, toda nuestro andar cristiano debe ser por fe, no por vista (2 Corintios 5:7). El andar en fe demanda a que no seas movido por la evidencia de los cinco sentidos físicos o de las circunstancias que te rodean. Debes aprender a ser movido sólo por la Palabra. Tu actitud debe ser como la del centurión que se acercó a Jesús en Mateo 8:5-13. En el versículo 8, dijo el centurión, solamente di la palabra, lo que indica que su confianza estaba solo en la Palabra y su autoridad.
Si tú lees todo el capítulo once de Hebreos, te darás cuenta de que las palabras por (o a través de) la fe aparecen dieciocho veces. Tiene que haber una razón para esto. Es la clave para la vida cristiana. Por fe trabajamos, por fe adoramos, por fe soportamos, y por fe ganamos.
En Efesios 2: 2-3, el apóstol Pablo nos da una descripción de cómo anduvimos antes de que el nuevo nacimiento tomara lugar:
2 En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia: 3e ntre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los DESEOS DE NUESTRA CARNE, HACIENDO LA VOLUNTAD DE LA CARNE Y DE LOS PENSAMIENTOS y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. (Énfasis añadido)
Después del nuevo nacimiento tú ya no debes ser enseñoreado por tus sentidos, ni debes seguir cumpliendo los deseos de tu carne. En Romanos 6:4, se nos dice que andemos en vida nueva. Cómo? La respuesta se encuentra en Gálatas 5:16-18:
16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
No debes de permitir que tu carne te domine, sino más bien, permitir que tu espíritu recreado alcance la posición de ascendencia sobre tu carne. Si lees Romanos 7:1-25, te darás cuenta de la guerra descrita entre el espíritu y la carne. Tu nueva naturaleza espiritual desea seguir las cosas de Dios, pero los miembros de la carne desean seguir las cosas carnales. Esta guerra se vuelve tan intensa que, finalmente, en el versículo 24, Pablo exclama: ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Alabado sea Dios, que ya no tenemos que ser enseñoreados por una naturaleza carnal. Somos libres – ¡en espíritu, alma y cuerpo!
Acerca de este Plan
Estas lecciones representan muchos años de estudio, investigación, oración y comunión con el Espíritu Santo. Las revelaciones que compartí en cada lección las he aplicado en mi vida y ministerio durante más de cincuenta años. Las he diseñado para que tengas una lección para cada día del mes. Al comienzo de un nuevo mes, regresa nuevamente a la lección número 1. Repite esto todos los meses durante un año entero. Hacer esto establecerá estos principios firmemente en tu vida.
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Nos gustaría agradecer a Jerry Savelle por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://jerrysavelle.org