31 Lecciones Para Fortalecer La FeMuestra
Lección 15
Cuando Caiga, He de Levantarme
Todos nosotros en un momento u otro en nuestro caminar cristiano hemos tropezado y caído en tentaciones. Todos hemos cometido errores. Es en esos momentos que al diablo le encanta pintar un cuadro tan negro que parece imposible para nosotros recuperarnos. Pero no debemos nunca darnos por vencidos o renunciar. Dios es más grande que nuestros errores!
Es lo mismo como cuando un niño está aprendiendo a caminar. Cuando mi hija mayor, Jerriann, tenía cerca de siete meses de edad, dio sus primeros pasos. Es emocionante para un padre cuando un hijo comienza a caminar, y nunca olvidaré esos primeros pasos que ella dio. Estábamos todos sentados en el piso de la sala, y Carolyn estaba sosteniendo a Jerriann. Ella estaba allí de pie tambaleándose y sonriendo. Yo sabía que ella estaba pensando, "Yo quiero caminar", pero no podía hacer que sus piernas lo hicieran. Cuando Carolyn la soltaba, ella tropezaba una y otra vez.
Pero yo no dije: "¡Oh no, ella nunca va a caminar! ¿Qué pasa con esa niña?". No, todo era parte del proceso. Ella se quedó allí tambaleándose mientras yo estaba al otro lado de la habitación diciendo: "Ven hacia papá". Finalmente, Carolyn la soltó y ella me miró y comenzó a caminar, pero sus piernas parecían de goma.
Hay algo acerca de los niños – cuando ellos tropiezan y caen, se levantan. Ella gateaba hacia algo y se levantaba ella sola, pero todavía estaba determinada a llegar hasta papá. Finalmente, después de un paso o dos a la vez, llegó hasta mí. ¡Ella caminó!
Debe ser emocionante para Dios la primera vez que nosotros damos pasos de fe. Debe ser emocionante cuando finalmente nos levantamos y decimos: "Voy a caminar por fe". Podemos caer, pero debería de haber algo en nuestro interior que diga: "¡Cuando caiga, he de levantarme!".
La cosa más natural del mundo después de caerse es levantarse. No debemos de tirarnos por allí y revolcarnos en lástima. En Jeremías 8:4, el profeta dice que cuando un hombre cae, ¡no habrá de levantarse? Puedes haber tropezado, pero levántate. Un día vas a caminar sin tropezar, ¡así que levántate cuando caigas!
Miqueas 7:8 dice, No se alegren de mí, mis enemigos. ¿Sabías que el enemigo se alegra cuando tú caes? Satanás se alegra cuando tú caes, cuando te das por vencido, cuando te desanimas, y cuando te niegas a hacer lo que sabes hacer. Él se ríe. Se ríe de ti cuando te ha convencido de que no hay ninguna razón para que puedas seguir adelante. Se ríe cuando te ha convencido de que tu error es demasiado grande para que Dios lo corrija. El enemigo se alegra, y es la risa más horrorosa que hayas escuchado.
Yo oí al diablo reírse de mí una vez, y me hizo enojar. Fue en los primeros años de mi ministerio, y yo estaba triste y desanimado. Acababa de llegar a casa después de una reunión, y podía sentir que algo estaba mal. Se sentía como que una nube oscura estaba sobrevolando en mi ministerio. Oré, y sentí que algo estaba mal internamente. Me enteré de que mis finanzas estaban siendo mal administradas, y que las facturas no estaban siendo pagadas.
Descubrí algunas cartas de las estaciones de radio diciendo que estábamos atrasados con nuestras cuentas con la radio. Luego encontré algunas respuestas desagradables escritas a estas estaciones de radio. Mi gerente de oficina les había escrito y dicho, "demándennos". Yo no lo podía creer. Esta persona en la que yo había confiado estaba escribiendo cartas desagradables en mi membrete.
Por supuesto, tuve que hacerle frente a esa situación, y fue muy difícil. Me sentí como un sinvergüenza debiendo varios miles de dólares solo en una factura de radio, y yo ni siquiera lo sabía. El diablo comenzó a decirme el fracaso que yo era. Me dijo lo ridículo que era para mí predicar sobre la prosperidad cuando debía facturas equivalentes a tres meses.
Casi en ese momento sonó el teléfono, y era el hermano Kenneth Copeland. Yo estaba lleno de miedo y realmente no quería hablar con nadie en ese momento. Él dijo: "Jerry, ¿qué estás haciendo?", Le dije, "Creyendo en Dios". Yo no estaba creyendo Dios. ¡Estaba preocupándome!
Él dijo: "Por esa razón es que llamé. Dios te puso en mi corazón, y he estado orando por ti". Él dijo: "Dios me mostró que estás pasando por algo difícil, y estoy orando por ti. Sólo quiero que sepas que estoy contigo, y vas a salir de esto". Yo le dije: "Gracias, te lo agradezco". Ese fue el final de nuestra conversación.
Yo no quería hablar de ello con nadie. Estaba desanimado. Había caído, y estaba pensando en renunciar cuando de repente oí la risa. Era la risa más horrorosa que jamás había escuchado en mi vida. No la escuché con mis oídos naturales, sino que la escuché con mi espíritu. Escuché a Satanás reírse de mí. Él se alegraba de mí porque había caído, y me negaba a levantarme. Yo había aceptado todas sus mentiras, y había empezado a creer que era un fracaso.
Cuando escuché a Satanás riéndose de mí, me empecé a enojar. Me levanté, tomé mi Biblia, y le grité al diablo. "Tú no te vas a reírte de mí, y nunca te daré una oportunidad de reírte de mí otra vez. Tú no te vas a reír de mí - no después de lo que hizo Jesús en el Calvario. Me niego a permitirte a que me pongas en esta posición otra vez. Si alguien se va a reír, seré yo quien me ría de ti".
De repente, estaba listo para luchar contra el diablo. Fui a la oficina, les escribí una carta a todos los administradores de las estaciones de radio y me disculpé. Compartí las circunstancias con ellos y les prometí que iba a tener mis facturas pagadas en 30 días. No había manera de que pudiera hacer eso en lo natural. Mientras escribía las cartas, el diablo decía: "El dinero no vendrá. Ahora les has dicho que les habrás pagado en 30 días, y no vendrá. Me voy a reír de ti de nuevo". Le dije: "No, no lo harás. En el nombre de Jesús, estarán pagados en 30 días".
Lo que me estaba doliendo más era que yo había construido mi ministerio en integridad, y ahora estaba siendo desafiada. El diablo estaba diciendo que yo no tenía integridad. Yo pensaba que todos aquellos administradores de las estaciones creían que yo no tenía integridad. Pero en 30 días cada factura estaba pagada, y los administradores de las estaciones, unos llamaron y otros escribieron y me dijeron: "Tú no sabes lo que significó para mí que escribiera y nos hiciera saber sus circunstancias. Cuando llegó el dinero, nos hizo apreciar su integridad aún más". El que ríe de último, ¡ríe mejor!
Al diablo le gusta alegrarse de ti cuando piensas que te has dado por vencido y te ha puesto en una posición donde estarás dispuesto a aceptar el fracaso que ha llegado a tu vida. Creo que el diablo incluso se rió en el Calvario. Cuando Jesús exclamó: ¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? (Mateo 27:46) La risa empezó a sonar a través de todo el infierno! El diablo realmente pensaba que Dios le había dado la espalda a Jesús. Pensó que Jesús había fracasado en Su misión de redimir a la humanidad. Todos los diablillos de Satanás pensaron que habían derrotado a Jesús. Cuando Jesús dijo: Consumado es (Juan 19:30), el reino de Satanás se regocijó.
¡Pero Dios se rió de último! Porque la Biblia dice que habiendo ellos (los príncipes de este mundo) sabido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria (1 Corintios 2:8). Satanás no sabía que se le estaba programando su derrota. Justo cuando el regocijo en el reino de Satanás había llegado a su punto máximo, Jesús resucitó de entre los muertos. La Biblia dice que El despojó a los principados y potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Colosenses 2:15). Él tomó las llaves de la muerte, del infierno y de la tumba. El despojó a Satanás de su armadura, y Dios se rió de último.
Tu enemigo puede alegrarse de ti ahora, pero si te arraigas de lo que te estoy compartiendo, tú vas a reírte de último. Dios no disfruta que el diablo se ría de Él, y a Él no le gusta que se rían de Sus hijos.
Cuando estás desanimado, cansado, y contando todo como una pérdida, el reino de Satanás comienza a alegrarse. Sin embargo, cuando determinas levantarte, la risa se detiene. Yo tuve que determinar levantarme en mi interior antes de que pudiera levantarme en el exterior. Ahora, cuando el diablo diga: "No va a funcionar", yo empiezo a reírme. Yo sé que lo tengo justo donde lo quiero. Él sabe que la manifestación está a punto de venir. Él no quiere que tú recibas de Dios, así que él comienza a aplicar más presión. Aprendí hace años que cuando las mayores presiones vienen sobre mí, para darme por vencido, eso es una buena señal de que Satanás ha disparado su mejor golpe. Si este no me deja tirado, él está acabado.
Lo más natural que puedes hacer cuando te caes es levantarte. Si te mantienes tirado en autocompasión, el enemigo se alegra. Pero tú puedes darte vuelta hacia el enemigo y decirle: "Enemigo, he caído; sin embargo, no te alegres de mí, ¡he de levantarme!". Esto debe de convertirse en un himno en tu corazón. "CUANDO CAIGA, ¡HE DE LEVANTARME!". Los dos están unidos entre sí. ¡El ciclo no está completo hasta que te levantes!
¡Te diste cuenta que la Biblia dice cuando caigas en diversas tentaciones? (Santiago 1:2) Nadie entra deliberadamente en tentaciones. Tú caes o tropiezas en ellas. Nadie se cae deliberadamente a una cuneta o se tropieza caminando por la calle. Yo me caí de la plataforma una noche cuando estaba predicando. No había ninguna necesidad para mí quedarme allí tirado y decir, "me caí". Me suspendí y seguí predicando como si fuera parte del programa.
¡Es tiempo de que te levantes! Es posible que te hayas caído, pero debes levantarte. Es tiempo de levantarse. ¿Y qué si has cometido errores? ¿Y qué si has fallado? Dile al diablo; "He fallado, ¡pero he de levantarme!".
Miqueas 7:8 sigue diciendo, aunque more en tinieblas, EL SEÑOR será luz para mí. Puedes estar enfrentando tu hora más oscura, pero el Señor, será una luz para ti. El Señor me dijo esto: "Quiero que le digas a la gente que yo siempre vengo en su hora más oscura". Si estás desanimado y listo para darte por vencido, tu enemigo se está alegrando de ti. Pero cuando tú te levantas y le dices: "Cuando caigo, he de levantarme, y cuando more en tinieblas, Jehová será luz para mí", él se calla.
Tú podrías decir: "Pero hermano, tú no sabes cuántas veces yo he caído". No importa cuántas veces has caído o la cantidad de errores que has cometido. Proverbios 24:16 dice: Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; No importa cuántas veces has fallado, has de levantarte.
23 Por JEHOVÁ son ordenados los pasos del hombre, él aprueba su camino. 24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,Porque JEHOVÁ sostiene su mano.
Salmos 37:23-24
Si tú has vivido por fe, y luego has caído. Prefiero dar un paso y caer que sentarme sin hacer nada. Por lo menos cuando caigo, sé que puedo levantarme.
No ha terminado sólo porque caes; ¡Levántate! Sacúdete y sigue hacia adelante. Los justos podrán caer, pero se levantarán. El Señor no te dejara estar completamente caído.
Quiero que recuerdes que todos nosotros hemos fallado en un momento u otro. Todos hemos cometido errores. Los hombres y mujeres más grandes de la fe han caído. Sin embargo, hay algo en el interior de ellos que dice: "¡Levántate!". Haz está tu actitud, y descubrirás que Satanás nunca será capaz de hundirte.
Acerca de este Plan
Estas lecciones representan muchos años de estudio, investigación, oración y comunión con el Espíritu Santo. Las revelaciones que compartí en cada lección las he aplicado en mi vida y ministerio durante más de cincuenta años. Las he diseñado para que tengas una lección para cada día del mes. Al comienzo de un nuevo mes, regresa nuevamente a la lección número 1. Repite esto todos los meses durante un año entero. Hacer esto establecerá estos principios firmemente en tu vida.
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Nos gustaría agradecer a Jerry Savelle por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://jerrysavelle.org