Orando como JesúsMuestra

Provisión divina

(El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy…)

Hay tres poderosas razones por las que podemos venir a Dios en busca de su provisión para nuestras necesidades: porque es nuestro Padre, porque es nuestro Rey y porque de Él proviene todo lo que tenemos.

Como Padre, Dios es responsable con las necesidades de sus hijos. Por muy mala que parezca nuestra situación en algún momento de la vida, hemos visto una y otra vez, que Dios nunca nos ha dejado perecer. La mayor evidencia de eso es que estamos aquí.

Como Rey, Dios es responsable de sus siervos, de todos aquellos que conforman su reino. En la antigüedad, eran los reyes los que debían defender sus reinos de los enemigos y mantener la provisión necesaria para los habitantes.

Además, por muchas habilidades que tengamos para generar ingresos o por muchas posesiones que ya tengamos, todo viene de Dios. Deuteronomio 8:18 en la Nueva Traducción Viviente dice: Acuérdate del Señor tu Dios. Él es quien te da las fuerzas para obtener riquezas…

En todo caso, es Dios quien asume la responsabilidad y da los medios para enviar provisión a Sus hijos. Por todo lo anterior, es a Él a quien debemos acudir siempre, en cualquier necesidad.

La petición es una parte importante de la oración, aunque tampoco debería ser la única. Jesús, en varias ocasiones motivó a sus discípulos a pedir a Dios, con la promesa que él respondería. “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré” Juan 14:13, “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis" (Mateo 21:22), por ejemplo.

Puede ser que alguna oración no sea contestada por Dios, o al menos no como esperábamos, pero la fe implica confiar también en que, lo que Él hace es mejor que lo que nosotros podamos pensar o desear.