Afilando mi espadaEjemplo

Apocalipsis capítulo 13 nos presenta dos bestias. Estas figuras presentadas muestran las fuerzas opositoras a Dios, provenientes del mar y de la tierra. Estas bestias ejercen autoridad sobre la tierra, exigiendo adoración y controlando aspectos importantes de la vida de las personas, desde lo político hasta lo económico. Este pasaje ha sido interpretado de muchas maneras a lo largo de los siglos, pero más allá de las interpretaciones rebuscadas, nos llama a una reflexión profunda: ¿Cómo debe el cristiano mantenerse fiel ante un sistema que se opone a los valores del reino de Dios? En tiempos de presión, ¿dónde encontramos nuestra fortaleza?

Al leer este capítulo, piensa en la palabra “lealtad” y la forma en la que el Señor nos pide que permanezcamos fieles a Él.

El capítulo 13 de Apocalipsis es un recordatorio muy real que hace recordar la oposición que los cristianos enfrentan, no solo en tiempos antiguos, sino también en nuestros días. Las bestias que emergen representan sistemas de poder que exigen lealtad, intentan imponer su agenda y desvían la adoración que pertenece a Dios. Aunque a menudo tratamos de identificar estas bestias en eventos históricos o figuras políticas, lo más importante es entender el mensaje espiritual: el mundo seguirá levantando estructuras y figuras que buscan desplazar a Dios en nuestras vidas.

Frente a estos sistemas, Apocalipsis 13 no nos llama a huir ni a ceder al temor, por el contrario, el texto nos llama a permanecer firmes, conscientes de que nuestra verdadera identidad y lealtad están en Cristo. La bestia puede controlar aspectos materiales de nuestra vida, pero nunca puede acceder a lo más profundo: nuestra fe y nuestra comunión con Dios. Jesús nos advirtió que en el mundo tendríamos aflicción, pero también nos prometió que Él ha vencido al mundo.

Hoy, más que nunca, estamos llamados a no dejarnos seducir por las promesas del poder o el confort que ofrece el sistema. En medio de la adversidad, nuestra fortaleza está en Cristo, quien nos invita a perseverar con fidelidad hasta el final.