Liderazgo de servicioMuestra
El poder para servir viene de Dios
"...sabiendo (con plena consciencia) Jesús que el Padre le había dado (poder, dominio) todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo (recipiente), y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido" (Juan 13:3-5).
Jesús sabía que el Padre le había confiado todo bajo Su poder. Sabía que Dios tenía el control de Su vida y Su ministerio. Ese conocimiento fue el que precedió Su acción con la toalla y el lebrillo. Confiado en esa verdad fue que Jesús estableció el modelo que Dios les mando a realizar: servir a otros y dar su vida.
Estos hechos de fe (convición, certeza) son los que le permiten arriesgarse (asumir el rol de siervo) a servir a otros como un siervo (doulos). Solo cuando se confía en que Dios tiene el control absoluto de la vida, se puede arriesgar a olvidarse de uno mismo (descentralizar el "yo") para servir a otros. Si no se tiene esa seguridad, la opción es proteger el ego y defender los derechos propios; aferrarse egocéntricamente a uno mismo.
Jesús sabía que Su poder provenía de Dios y que Su rol está fundamentado en Dios. Por eso, se arriesgó a practicar el liderazgo de servicio, a convertirse en siervo, sin temor ni vacilación, sin deseos de reconocimiento; sabiendo que Dios controlaba y sustentaba su vida.
Con esa confianza en el control de Dios sobre Su vida, fue que Jesús tomó la toalla y lebrillo para lavar los polvorientos y sucios pies de Sus discípulos, asumiendo una postura de siervo ante ellos, sin mengua de su autoestima, autoconcepto y dignidad personal.
De esta forma, Jesús redefinió lo que hacen los líderes: satisfacen las necesidades de sus seguidores.
Escrituras
Acerca de este Plan
Algunos líderes espirituales pueden reflejar la forma de liderazgo del mundo, que se basa en el ejercicio del poder, en su personalidad carismática o en su nivel de conocimiento, gobernando desde la estructura jerárquica del gobierno religioso, similar al liderazgo gubernamental y corporativo. Pero, los líderes espirituales están para servir y no para ser servidos. Su propósito no es servir como símbolo de estatus ni ensalzar la posición o el rendimiento del líder. El líder no es más importante que las personas a las que sirve.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/