Liderazgo de servicioMuestra

El liderazgo de servicio no es muy popular

El liderazgo de servicio no es un modelo de liderazgo muy popular, pues a los líderes tradicionales les gusta ejercer autoridad y dominio. Este tipo de liderazgo puede ser difícil de practicar para algunos líderes, pues demanda desarrollar humildad, una actitud altruista y abnegada, y un espíritu de sacrificio.

Esta actitud es opuesta a lo que pregona la cultura actual, que promueve el deseo de ser reconocido, de sobresalir, de ocupar los primeros lugares, de recibir honra y alabanza, como hacían los fariseos: “…y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí" (Mateo 23:6-7).“Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios” (Juan 12:43).

Los fariseos, quienes eran los líderes del pueblo judío, eran líderes hipócritas y egocéntricos que se servían a sí mismos y usaban (se aprovechaban) a las personas, en vez de servirles.“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros” (Mateo 23:14-15).

Ellos eran líderes arrogantes, soberbios, carentes de humildad y amadores de sí mismos. Pero, un líder, sobre todo espiritual, que valora más su posición entre las personas influyentes que servir a otros, no es en absoluto un líder (según el modelo bíblico).

Para muchas personas, servir se asocia más con un acto denigrante que rebaja, que con una misión de vida; con una labor monótona, más que con un acto creativo; con una actitud sumisa que empobrece, en vez de enaltecer o dignificar. Poco se habla hoy de cultivar una actitud de humildad y servicio. Para algunos, la humildad es sinónimo de desvalorización, de debilidad de carácter, algo servil o despreciable. Pero, el servicio, por el contrario, enriquece nuestras vidas. El servicio ennoblece y enaltece a la persona.

Servir, pues, no debe verse como un acto de renuncia o sumisión. Servir es una forma de expresar amor. Servir se conecta más con dar que con obtener. Se lidera para dar a otros, no para obtener poder y reconocimiento a través de ese rol.

Por eso es que muchos de los modelos de liderazgo que observamos en muchas organizaciones es el liderazgo de estilo piramidal, de corte jerárquico, que es una especie de triángulo en cuyos niveles superiores están los que mandan, y en los niveles inferiores están los que obedecen, como el modelo militar o el de muchas corporaciones. Y si bien es necesario una estructura (más o menos jerárquica) para evitar el caos y optimizar las acciones, en la práctica, bajo ese esquema se actúa, muchas veces, ejerciendo autoridad y fuerza sobre los de abajo.