Cambios NecesariosEjemplo

Personajes de la parábola de la vid verdadera

Esta parábola nos habla a través de una aleccionadora metáfora que encierra hermosas y profundas verdades. En esta metáfora entran en escena tres personajes:

Dios El Padre que es el labrador (dueño, inversor, quien nos cuida) (Juan 15:1). Dios tiene especial cuidado de nosotros, porque somos su viña. Él es el propietario, el dueño, y se ocupa personalmente de su huerto. No delega la función de labrador en nadie.

El Padre es quien define los cambios que cada rama precisa, y trabaja podando para que el cambio sea posible.

Cristo que es la vid (Juan 15:5). Es la planta donde Dios labra. Es también la fuente de nuestra vida. Y donde Dios hace su obra. Observen la expresión: “Yo soy la vid verdadera, y mi padre es el labrador, toda rama que en mí no lleva fruto…” (Juan 15: 1,2). En él es que somos salvos, en él somos perdonados, en el tenemos vida eterna. Todo trato de Dios con nosotros los creyentes es a través de Cristo.

La vid es la fuente de vida para cambiar y el modelo hacia el cual cambiar. Cristo es el modelo que Dios usa cuando poda, buscando que nos parezcamos a Cristo.

Los discípulos que son las ramas de la vid (Juan 15:5). Los que no permanecen en Cristo son ramas inútiles (Juan 15: 6). Los que permanecen son las ramas que llevan fruto.

Los creyentes / discípulos son quienes necesitan cambiar y experimentar el cambio. Para tal fin, necesitan permanecer en la vid (Cristo). (Juan 15:4-5)

En una planta como la vid (uva) podemos encontrar 2 categorías de ramas, que reflejan dos tipos de trato de parte del Labrador Celestial:

1. Ramas sin capacidad de llevar fruto (vers. 2): Toda rama que en mí no da fruto, la corta / la quita.

Estas son ramas muertas que reducen el espacio para que las sanas crezcan (no llevan fruto); y ramas enfermas que no se recuperan (no llevan fruto). Estas ramas son cortadas / quitadas a causa de su infertilidad.

Este tipo de ramas le quitan oportunidad a las otras ramas para que puedan producir fruto, por eso deben ser quitadas para beneficio de las ramas saludables.

Estas son las ramas que no tiene capacidad de cambio, por no estar verdaderamente apegadas a la vid. Están destinadas a ser quemadas.

2. Ramas con capacidad de llevar fruto: “Pero toda rama que da fruto la poda / la limpia para que dé más fruto todavía”.

Estas son ramas saludables. Estas ramas son podadas o limpiadas para aumentar su potencial de fructificar.

Estas son las ramas que tienen capacidad de cambio.

¿Qué tipo de rama eres tú?

El trabajo del Labrador Celestial

Para obtener una cosecha abundante de fruto espiritual, nuestro Padre Celestial tiene que quitar todo lo que nos distraiga o desvíe de su servicio y nos corrompa. El procedimiento es a menudo doloroso pero necesario. El labrador debe podar la vid para que sea fértil y productiva. Asimismo, Dios permite a veces que sintamos dolor para poder producir mayor crecimiento y más fruto espiritual en nosotros.

La poda, por tanto, conlleva eliminar las partes enfermas del árbol, cortar las ramas inútiles o envejecidas, y despojarse de todo follaje estéril. Pero el fin de la poda no es sólo eliminar lo negativo, sino dar lugar a lo positivo: el árbol produzca más y mejores frutos (Juan 15:2).

Verdades centrales:

• Dios el Padre, quien es el dueño de la viña, es quien define los cambios que se requieren.
• Sin permanecer en Cristo es imposible cambiar.