Lectura Con El Pueblo De Dios 8: La PazMuestra

Josué 1:9

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas".

Hoy en día, se habla mucho de manifestar cosas: vive tu mejor vida. Si pones tu mente contra el miedo, alcanzarás la paz. Relájate, medita de forma constante y ten paciencia, y tus esperanzas se cumplirán. Pero muchas veces leemos Josué 1:9 como si se tratara solo de manifestar valentía. Al igual que en la temporada de Adviento, tomamos el mandamiento de ser valientes como algo que debemos sacar de la nada, en lugar de verlo como algo que Dios nos revela. Así que sacamos los árboles de Navidad, decoramos la casa y pretendemos estar alegres, como si intentáramos manifestar nuestra propia valentía. Pero Dios no le dice a Josué que se arme de coraje de la nada. La valentía que Dios manda, y el fin del miedo, se basa en las promesas que ya nos dio:

3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé (Josué 1:3-5).

No es la primera vez que Dios hace esta promesa: “Así como estuve con Moisés, estaré contigo". Desde el principio, a pesar de la rebelión y el miedo de su pueblo, Dios ha estado con ellos. Él los busca (Génesis 3:9), los recuerda (Génesis 8:1), los bendice (Génesis 12:1-3), los libra de la esclavitud y va delante de ellos (Deuteronomio 31:3).

En medio de tus dudas y miedos, Dios hace lo mismo por ti que hizo por Josué: no te deja ni te desampara. No te pide que seas valiente solo. En esta temporada de Adviento, se te recuerda que, a través de un bebé nacido en un pesebre, el miedo ya no tiene poder; tú eres suyo, y su fuerza es tuya.

Padre celestial, recuérdame que no importa qué batalla enfrente, nunca me dejarás ni me desampararás. Amén.