Regocíjate- Celebrando El Tiempo De AdvientoMuestra

Santo es Su nombre

Leer: Lucas 1:46-49; Mateo 11:25-30; 1 Corintios 1:18-31

EOAO: Lucas 1:48-49

"Porque ha mirado la bajeza de su sierva.
Desde ahora me llamarán dichosa por todas las generaciones;
porque el Poderoso me ha hecho grandes cosas.
¡Santo es su nombre".

En el Texto

María reflexionó sobre el increíble poder y la santidad de Dios. Dios es exaltado sobre todo, es santo y está separado de lo ordinario.

Cuando la Biblia habla de la santidad de Dios, se refiere a Su grandeza y Su perfección moral. Dios es diferente de nosotros en que Su corazón y Su voluntad son perfectamente buenos, rectos y encantadores. Dios no nos miente ni nos engaña. Está total y perfectamente recto. Dios no rompe sus promesas. Es totalmente fiel. Dios no se hace de la vista gorda ante la injusticia. Es totalmente imparcial y justo. Dios no es tacaño ni mezquino. Está rebosante de amor, misericordia, generosidad y bondad. Dios es santo, lo que significa que está muy por encima de nosotros y es único en su clase. Es total y singularmente hermoso. Él es de valor infinito. Ni siquiera todas estas descripciones pueden describir completamente la santidad de Dios.

En lugar de tener miedo de este Dios poderoso, exaltado y santo, María quedó cautivada por Su belleza y llena de gozo en Su presencia. Su grandeza no le ha impedido hacer grandes cosas por ella. Dios podría haber elegido a la hija del rey o del sumo sacerdote para dar a luz a Jesús. Podría haber elegido a una chica rica, hermosa, educada y admirada. Pero, a diferencia de nosotros, Dios no se deja impresionar por estos atributos. La propia María dice que era de un “estado humilde”, es decir, probablemente no era nadie en su comunidad, ignorada por las personas importantes, una sierva sin renombre. Y, sin embargo, el Dios Santísimo la eligió a ella, una campesina de Nazaret, para ser la madre del Mesías. María estaba asombrada de que Dios fuera tan grande y, sin embargo, viera a alguien tan bajo como ella.

¿Has llegado, como María, a saber cuán exaltado y santo es Dios? ¿Sabes cuán pequeño y pecador eres en comparación, y cuánta misericordia y gracia ha derramado sobre ti a través de Su Hijo Jesucristo? Piénsalo: el Dios infinitamente grande y perfecto te ha elegido para ser su hija amada. Él te ha levantado de tu pecado y depravación. Él te ha prometido gloria eterna en el cielo por tu fe en Jesús. Eres muy valorada e infinitamente amada por Él. Que nosotros, como María, nos regocijemos en la santidad de Dios.

Oración

Señor Jesús, estás muy por encima de mí en grandeza y pureza, y sin embargo me amas. No sólo eres poderoso, sino que también eres bueno. Dios Santisimo, te doy gracias. Amén.