Regocíjate- Celebrando El Tiempo De AdvientoEjemplo

La canción de los ángeles

Gloria y Pobreza

Leer: Lucas 2:1-20; 2 Corintios 8:9; Filipenses 2:5-11

EOAO: 2 Corintios 8:9

“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre aunque era rico, para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos".

En el Texto

Es asombroso pensar en las condiciones en las que nació Jesús. El pobre José no pudo encontrar un lugar mejor para pasar la noche, así que María tuvo que dar a luz en un establo sucio. Imagínate a una mujer joven dando a luz en medio de los olores de los animales y el heno, sin tener nada más que el comedero de una vaca para colocar a su bebé. No había el menor signo de gloria o majestad cuando el Hijo de Dios entró en este mundo.

La segunda parte del relato de la Natividad habla de los pastores en el campo. En este lugar esperaríamos pobreza, rudeza y olor a animales, sin duda nada impresionante. Y, sin embargo, es aquí donde encontramos la gloria, una luz brillante del cielo y un gran coro de ángeles cantando. Aprendemos algo muy importante en este "giro de los acontecimientos". A través del nacimiento de Jesús, recayó sobre Él toda nuestra miseria humana, mientras que Su gloria eterna vino a nosotros.

Antes de nacer en esta tierra, Jesús se hallaba con Dios en Su reino eterno, donde no había dolor, ni enfermedad, ni miedo, ni llanto. En ese mundo sólo reinaba la luz, la paz y la alegría. Sin embargo, Jesús entró en nuestro mundo, donde experimentó hambre, cansancio, rechazo y un sufrimiento increíble. Tomó un cuerpo humano, que podía ser golpeado y escupido. Experimentó un cuerpo lleno de fibras nerviosas sensibles y dolor, especialmente el dolor atroz de ser azotado y clavado, así como un cuerpo que podía entrar en la oscuridad de la muerte.

¿Por qué lo hizo? El ángel lo proclamó. Jesús quiso entrar en nuestro miedo y nuestras penurias, para que ya no tuviéramos miedo. Entró en nuestra tristeza para darnos su alegría. Se hizo siervo humilde para hacernos hijos del Rey. Se hizo pobre para hacernos ricos. Renunció al cielo para darnos el cielo. ¡Qué maravilloso Salvador!

Oración

Señor Jesús, dejaste el cielo para entregarme a ti. Ayúdame a comprender más profundamente tu amor por mí. Amén.