PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 3Muestra

DÍA 3 - ¿Qué hay de malo en motivarnos a nosotros mismos a través de la culpa?

Colosenses 2:6-7

Isaías 12:2

Gálatas 3:1-26

1 Corintios 3:10-15

1 Juan 4:18

¿Alguna vez has visto a creyentes constantemente preocupados, motivados por la culpa y nunca satisfechos consigo mismos? Temen hacerse daño a sí mismos, a los demás y al Padre amado de nuevo. Sus hombros se caen. Ensayan sus errores, con la esperanza de usar eso como un incentivo para evitar desviarse de nuevo. Con un millón de promesas a sí mismos, caminan penosamente a través del día, golpeándose con la culpa como un recordatorio adicional para mantenerse en el camino.

¿Eres tú el que siempre se promete «Nunca más» y quien se da una gran dosis de autocondenación? Tal vez, te hayas cansado tanto de los interminables sentimientos de culpa, que dejaste de intentarlo y volviste a tus viejas costumbres, dejando atrás la intimidad con tu Padre.

Si es así, ¡hay gracia para ti!

Considera este ejemplo: ahorras tu dinero para comprar un artículo precioso, lo compras al precio más alto y luego regresas a la tienda para pagar aún más. ¡No tiene sentido! Sin embargo, eso es lo que pasa si seguimos tratando de añadir algo a lo que Cristo hizo en la cruz. Es inútil y arrogante pensar que podemos rechazar Su regalo de sacrificio, que es tan completo y lo abarca todo.

Jesús anunció «Todo se ha cumplido» en la cruz. No se necesita nada más. Demostramos nuestra falta de fe al preguntarnos: «¿Es eso realmente suficiente?».

Entonces, ¿cómo debemos vivir como cristianos? Colosenses 2:6-7 dice: «Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó y llenos de gratitud». ¿Cómo recibiste a Cristo? La Biblia es clara en que es por gracia, a través de la fe solamente. ¿Cómo, entonces, caminas en Cristo? De la misma manera: ¡por gracia, a través de la fe! A medida que confiamos en Él, nos capacita para vivir según lo que somos: ¡amados hijos de Dios!

No hay nada más que añadir. No hay nada más que podamos agregar. Nos beneficiamos completamente a través de Su gracia.

Pausa para reflexionar:

A Dios realmente le importa lo que nos motiva. Las obras realizadas para ganar la aceptación que Cristo ya compró para nosotros algún día arderán. Puesto que la muerte de Cristo pagó de sobras lo que debíamos, ¡la culpa es un motivador falso!

Motivarnos por miedo a volver a caer también es una falsificación porque Su amor perfecto ahuyenta el miedo. Toma un momento para reconocer cómo estos motivadores falsos aparecen en tu vida.

Oremos:

Dios, elijo vivir por gracia, a través de la fe. Me niego a motivarme más a través de la culpa. Renuncio al miedo de ser rechazado por ti o por cualquier otra persona. Gracias; tú estás a mi favor, no contra mí.