PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 2Muestra

DÍA 3

1 Pedro 2:4-25

¡Totalmente aceptado!

Paz en la tormenta, estabilidad ante los insultos, calma en medio del rechazo y confianza a la hora de ser acusado.

Este era Jesús, y también puedes ser tú.

Jesús conocía su identidad. Como la Piedra viva, sabía que a pesar de que la gente se volvía en su contra, Dios todavía estaba con él. El Padre lo veía precioso, y eso era todo lo que Jesús necesitaba. Cuando fue acusado falsamente, abandonado por sus amigos cercanos, repudiado por sus partidarios más cercanos e insultado por sus enemigos, Jesús no estaba simplemente manteniendo la calma en el exterior reprimiendo sus emociones. Jesús tenía una paz perfecta en su interior.

Sabía que había sido elegido por Dios y que era precioso para él. No sentía vergüenza a pesar de que todas las personas que lo rodeaban se habían vuelto contra él.

Cuando la gente lo insultaba, él no respondía como lo hacemos nosotros hoy a causa de la vergüenza que sentimos. Cuando la gente lo maltrataba, él no trataba de defenderse para proteger su excelente nombre. Se encomendaba al Padre que lo amaba.

«también ustedes son como piedras vivas...» Así es como empieza 1 Pedro 2:5. La paz que se eleva por encima de la vergüenza no era solo para Jesús; ¡Es también para ti! Nosotros también fuimos escogidos por Dios. También tú eres precioso para él. Así que puedes dejar de defenderte y de montar un buen espectáculo para que los demás lo vean. Ya no tienes que vivir bajo el control de este falso motivador llamado vergüenza.

En cambio, puedes descansar como lo hizo Jesús en las manos de aquel que juzga con justicia, sabiendo que él te acepta plenamente y te ama profundamente. Confía tu reputación a él. Entrega la fuente de tu vergüenza a tu Padre Celestial. Él te eligió y te llama precioso.

Conocer tu verdadera identidad y que eres completamente aceptado en Cristo, le quita el poder a la vergüenza. Ya no tiene nada en que apoyarse. Eres libre de su control porque ya no estás tan preocupado por lo que piensen los demás. En cambio, puedes descansar en la gracia de Dios.

Pausa para reflexionar: ¿Cómo perdería poder la vergüenza si descansaras diariamente en la realidad de que eres una piedra viva, elegida por Dios y preciosa para él?

Oremos: Padre Celestial, estoy cansado de que la vergüenza dirija mi vida. Ayúdame a verme como tú me ves. Ayúdame a saber que soy completamente aceptado en Cristo para que pueda dejar de ser controlado por la vergüenza.