PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 1Muestra

DÍA 5

Lucas 15:29-30

Éxodo 5:4-14

Mateo 11:28-30

¿Monotonía sin gozo o servicio bendito?

¿Alguna vez te has sentido menos que otros creyentes? ¿Menos exitoso o bendecido? ¿Quizás incluso menos amado por Dios? Este ciclo interminable de comparación mental no era ajeno al hermano mayor de la historia que Jesús contó en Lucas 15. ¿Dónde comienza este lío mental y cómo puede terminar este estado miserable?

El hermano mayor tenía una mentalidad de esclavo. Había trabajado duro durante años, tratando de complacer a su padre. La mentalidad de esclavitud tiene que ver con el desempeño. Es una vida de trabajo continuo. En cambio, a los seguidores de Jesús se les invita a trabajar desde el descanso en la gracia, sabiendo que ya son aceptados y que no tienen necesidad de ganarse el amor del Padre.

En el Éxodo, los hijos hebreos bajo el mando del faraón nos dan una visión de la vida de esclavitud. El gobernante los oprimía, exigía más y les daba menos recursos.

Por otro lado, los hijos de Dios tenemos todos los recursos que necesitamos en Cristo.

La vida de un esclavo se vive bajo acusaciones y maltratos por no poder cumplir con las exigencias.

El hijo de Dios sabe que no hay condenación en Cristo. La promesa amorosa del Salvador es para cada creyente: «…mi yugo es suave y mi carga es liviana».

La persona esclavizada sabe que no hay preocupación por sus intereses. El amo dice, salta, y el esclavo salta, sabiendo que puede que no sea lo suficientemente alto.

El hijo o la hija sabe que un Padre amoroso ha planeado buenas obras para ellos. Él sabe qué obras les darían más gozo y darían más fruto, porque Él es su fantástico diseñador, habiéndolos hecho maravillosa y temerosamente.

Al hermano mayor parecía faltarle el dulce recuerdo de la casa del padre. Pero nuestro Dios nos invita a una comunión íntima donde disfrutamos de su presencia. A Él le encanta escuchar nuestras voces; podemos acudir a Él en cualquier momento. Servimos desde esta bendita relación, nuestra unión con Cristo.

¿Cuál es tu mentalidad? ¿Es la de ser esclavo de un amo o la de relacionarte con el Padre? ¿Monotonía sin gozo o servicio bendito?

¿Quieres detener los miserables juegos mentales de comparación que conducen a una carrera de rendimiento agotador? Recuerda este simple hecho: Tú eres el favorito de Dios. No hay nadie a quien Él ame más que a ti.

Pausa para reflexionar:

¿Tiendes a pensar de ti mismo como un esclavo de Dios o como su hijo amado?¿Cómo cambiaría tu forma de pensar si escucharas las palabras del Padre para ti: «Siempre estás conmigo y todo lo que tengo es tuyo»?

Oremos:

Señor, por tu Espíritu, recuérdame que soy tu hijo. Recuérdame que Tú te deleitas en mí, no simplemente en la obra que yo pueda hacer por ti. Amén.