Tiempo de RenovaciónMuestra

“¿CUÁL ES TU COMIDA?”

de ¡Coraje!

Todos, alguna vez, disfrutamos ingerir comidas que no benefician del todo nuestra salud, pero nos parecen ricas. ¿Cuál era la comida favorita del Señor? El alimento de Jesús era hacer la voluntad de su Padre. Tenemos que alimentarnos con hacer lo que a Dios le agrada. Siempre vamos a quedar satisfechos si cumplimos su plan; y lo contrario, si hacemos lo que nos da la gana. Nunca nos sentiremos verdaderamente llenos si hacemos algo distinto a su voluntad.

Es muy interesante lo que Jesús decía: "Yo tengo una comida". Los discípulos querían saber quién le había traído la comida. Pero más adelante Él explica cuál era su alimento. Su comida era hacer la voluntad del que lo había enviado y terminar su

obra. Espero que podamos tener el mismo sentir, que deseemos hacer la voluntad del Padre: que este sea nuestro alimento.

Alimentémonos, no para satisfacer los deseos de la carne, sino los del Espíritu. Leí un artículo sobre la importancia del alimento en el que se sostenía que: "El propósito de la comida es proporcionar crecimiento, suplir fuerza y calor, y proveer material para compensar lo que vamos perdiendo en el cuerpo. Cada respiración, pensamiento, emoción gasta una porción de la delicada casa en la cual vivimos". Hacer la voluntad de Dios nos ayuda a reponer fuerzas en nuestra vida. Isaías 40:31 proclama: "Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán".

Otro artículo decía: “El alimento está destinado a suministrar estructuras químicas para desarrollar las funciones y mantener la salud. Todo producto que, por su composición química y caracteres organolépticos, forma parte de la dieta y tiene por objetivo satisfacer el apetito y aportar los nutrientes necesarios para mantener la salud":. Podríamos preguntarnos: ¿porqué vivimos sin satisfacción y no hacemos ningún aporte para cambiar la sociedad? Es porque intentamos llenar la vida con nuestras propias actividades y no con las actividades de Dios.

La salvación realizada por Cristo no es por imitación, sino por reproducción. Filipenses 2:13 dice: "Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" Que la voluntad de Dios sea nuestra voluntad y la cumplamos.

¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores (Juan 4:35-38).

¿Cuál es tu comida? ¡La cosecha es mucha, hagamos la voluntad del Padre!

Para reflexionar:

¿Cómo alimentas tu vida espiritual?

¿Cuál era el alimento de Jesús?

¿Son tus actividades o las de Dios?

El activismo oprime al siervo de Dios; el servicio verdadero trae gozo y paz.

Oración:

Señor, ayúdame a hacer tu voluntad en mi vida siempre. Amén.