Tiempo de RenovaciónMuestra

“TOMAR TU LUGAR”

de ¡Coraje!

Lo que para el rey David y el pueblo tendría que haber sido un día de celebración y victoria terminó como una jornada triste. Ganó el reino, pero perdió a su hijo. Sus propios soldados se sintieron derrotados, aunque habían ganado la batalla; esto, a causa de la influencia de su líder. Joab confrontó a David por esta actitud y por cómo había trasladado su desánimo a los soldados. Consciente de su error, David se levantó para confortarles.

Me pregunto entonces: cuántas veces actuamos de la misma manera. Dios nos entrega la victoria, pero caminamos en actitud de derrota. Es tiempo de tomar nuestro lugar de autoridad, en la familia, en la iglesia, en la ciudad.

Uno de los tramos más oscuros en la vida del rey David fue la muerte de su hijo Absalón.

Dieron aviso a Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalón... Entonces Joab vino al rey en la casa, y dijo: Hoy has avergonzado el rostro de todos tus siervos, que hoy han librado tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida de tus mujeres, y la vida de tus concubinas, amando a los que te aborrecen, y aborreciendo a los que te aman; porque hoy has declarado que nada te importan tus príncipes y siervos; pues hoy me has hecho ver claramente que si Absalón viviera, aunque todos nosotros estuviéramos muertos, entonces estarías contento (2 Samuel 19:1, 5-6, énfasis añadido).

En esta situación tan penosa, Joab instruyó al rey de manera bien específica: Levántate pues, ahora, y ve afuera y habla bondadosamente a tus siervos; porque juro por Jehová que, si no sales, no quedará ni un hombre contigo esta noche; y esto te será peor que todos los males que te han sobrevenido desde tu juventud hasta ahora (2 Samuel 19:7).

Consideremos, entonces, qué efecto causaron estas palabras en el rey: Entonces se levantó el rey y se sentó a la puerta, y fue dado aviso a todo el pueblo, diciendo: He aquí el rey está sentado a la puerta. Y vino todo el pueblo delante del rey; pero Israel había huido, cada uno a su tienda (2 Samuel 19:8).

La reacción de David provocó que:

Y por todas las tribus de Israel se hablaba de la situación. Decían: "El rey nos rescató del poder de nuestros enemigos: él nos libró del dominio de los filisteos. Por causa de Absalón tuvo que huir del país. Pero ahora Absalón, al que habíamos ungido como rey, ha muerto en la batalla, ¿Qué nos impide pedirle al rey que vuelva?" (2 Samuel 19:9-10, NVI, énfasis añadido).

¿Hasta cuándo seguirás llorando? ¿Cuándo determinarás reemplazar la actitud de derrota por la de éxito? ¿Qué cambios debes hacer en tu vida? Es tiempo de tomar tu lugar de autoridad en la ciudad en contra del enemigo. Nadie puede arrebatarte lo que Dios ha establecido que sea tuyo.

Para reflexionar:

¿Estás tomando tu lugar de mando espiritual en tu ciudad?

¿Tomas posesión del territorio que el Señor entregó en tus manos? ¿O estás cuestionando tu llamado?

¿Qué mensaje les estamos dando a los líderes que nos ven?

¿Nuestra vida desafía a otros o nuestra condición desalienta?

Oración:

Padre, te ruego me ayudes para que mis actitudes no desanimen a quienes me rodean. Amén.