Tiempo de RenovaciónMuestra

“ESPEREN Y SALGAN DE JERUSALÉN!”

de ¡Coraje!

¿Esperas la promesa del Espíritu? Cuánto necesitamos lo que Jesús prometió que daría cuando regresara al Padre: el bautismo de fuego. Él les dio la orden a sus discípulos de que no se alejaran de Jerusalén. Hay dos tendencias: una, correr sin el poder de Dios; la otra, con el poder y sin la Palabra de Dios. ¡Qué importante es tener la Palabra y el poder! El Señor les advirtió que esperarán. Nos cuesta mucho esperar. Vivimos en una sociedad impaciente, en la que todos queremos las cosas para ayer; pero Jesús dijo: "no se alejen". ¿Por qué? Porque si no esperamos, terminamos alejándonos de Él. Esperemos cerca del Señor.

¿Esperar qué? Jesús les dijo: "Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1:5). Dijo: “esperen el bautismo del Espíritu, que es para vosotros". Este bautismo es una inmersión en Jesús, no en agua como el bautismo de Juan. Esperemos la inmersión en el Espíritu. Los discípulos, antes que esperar, querían restablecer el reino de Israel, como leemos a continuación:

Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad, pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:6-8).

Cuando ellos recibieron la promesa y el poder, salieron de Jerusalén para ser testigos de Dios. Creo que es hora, como nunca antes, de esperar la promesa y salir con ella.

Prediquemos la promesa del Espíritu Santo. ¿Cuántas personas han recibido la promesa en tu iglesia? Hagamos la oración de fe con ellos y oremos inmediatamente para que reciban la promesa. No esperemos, impongámosles las manos y creamos.

¿Se generan espacios durante las reuniones para buscar a Jesús? Jesús es el que bautiza, es a Él a quien buscamos, Él nos da el poder y la fuerza para salir. Una vez que recibimos la promesa, salgamos. La evidencia del Espíritu se observa en cuántos están saliendo, no en cuántos se quedan. Es imperioso salir con el mensaje de salvación.

¡No lo postergues! Es tiempo de pedir el Espíritu Santo y de salir con el Espíritu Santo.

Para reflexionar:

¿Qué necesitas para salir a predicar el Evangelio de Cristo?

¿Guías a otros para que sean bautizados por el Espíritu Santo?

Oración:

Señor, bautízame con tu Espíritu para que pueda salir a anunciar el mensaje de salvación. Amén.