Hijo de amorMuestra
Aprender a vivir en la victoria
Se ha dicho que por cada minuto de odio perdemos sesenta segundos de felicidad. Por tanto, es imperativo que aprendamos a perdonar a quienes nos ofenden. Si queremos avanzar en nuestro camino espiritual, debemos poner más énfasis en la recuperación que en la venganza. He descubierto que leer la Biblia a diario es una de las formas más eficaces de sanar las heridas del pasado.
Los primeros años de mi vida sugerían un futuro espantoso, pero en el momento justo elegí ser seguidor de Cristo. Entonces me di cuenta de que entregándole mi vida y aceptándole como Dueño y Guía de mi propia existencia, podía vivir en victoria.
Mi pastor, Juan Manzano, me enseñó que en Cristo soy un vencedor y que con Él podía afrontar cualquier dificultad. Aplicar esta verdad a una edad temprana puede cambiar el futuro de otros jóvenes en todo el mundo, tal y como lo hizo conmigo. Doy gracias a Dios por esa verdad que transformó mi vida y mi destino. El gran apóstol Pablo también vio transformada su vida. Escribiendo a los cristianos de Corinto, dijo: «¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!». (1 Corintios 15:57).
En toda mi preparación para la vida, ya sea formar una familia o empezar una nueva carrera, he comprendido que el Señor es la Fuente de nuestra victoria definitiva. A lo largo de los años he tenido la oportunidad de servirle en distintos ministerios. La profecía pronunciada sobre mí se hizo realidad.
Puede que mi vida comenzara en una gran pobreza y tristeza, pero el amor de Dios me liberó y me dio la oportunidad de vivir en victoria. A los ojos de algunos, haber nacido fuera de un matrimonio me convertiría en un bastardo, ilegítimo, un «hijo de amor». Pero en Cristo he descubierto una descripción mucho mejor para mí. Ahora prefiero imaginarme como un hijo de Amor. Como dijo el apóstol Juan, Dios es Amor. Este Amor nos llama suyos. Yo soy su hijo. Soy hijo de Amor. Vivo en victoria y abundancia gracias a su gracia. Mi historia sigue animando a otros, y espero que también te anime a ti.
Dios, por la fe en Cristo quiero ser un hijo de Amor. No solo quiero ser tuyo, sino que tu amor actúe a través de mí para atraer a otros a una vida de perdón, abundancia y victoria. Pongo mi confianza en ti.
Este plan devocional se basó en contenido de «Hijo de Amor», de Emilio A. Reyes. Para saber más sobre su vida y obra: sigue este enlace.
Acerca de este Plan
Hace algunos años, una experiencia desgarradora me hizo reflexionar sobre mi vida pues me di cuenta de que Dios siempre me había amado y había velado por mí. Hoy sé que su mano protectora ha estado conmigo en cada paso de mi vida. Deja que este devocional de siete días te anime a ver cómo nuestro Padre Amoroso actúa en nuestras vidas. ¡Acompáñame a alabarle!
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Nos gustaría agradecer a Rev. Emilio A. Reyes por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://avivemos.net