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Hijo de amor

DÍA 6 DE 7

Perdonar a mi Padre

En tiempos de Jesús, los rabinos enseñaban que había que perdonar tres veces a los delincuentes. Pedro, pensando que estaba siendo generoso, preguntó a Jesús si bastaba con perdonar siete veces. Pero el Señor replicó que debíamos perdonar setenta veces siete, dando a entender que no solo debemos perdonar, sino que ni siquiera debemos llevar la cuenta de las ofensas. Debemos perdonar; la única cuestión es cómo.

De adolescente, me resultaba muy difícil perdonar las ofensas y los insultos. Mucha gente experimenta comentarios mezquinos cuando crece. Me insultaban por no tener a mi padre biológico en mi vida, por mi altura, mis dientes y otros aspectos. Decidí seguir a Jesús cuando tenía dieciséis años. Más tarde, anhelé el bautismo del Espíritu Santo con la evidencia externa de hablar en lenguas. Mientras oraba, oí que el Señor me hablaba, diciendo: «¿Cómo puedo bautizarte con Mi Espíritu Santo cuando hay rencor en tu corazón contra tu padre biológico?».

Le pedí permiso a Mamá para volver a la República Dominicana a buscar a mi padre y pedirle perdón por mi ira hacia él. Ella accedió. Durante varios meses trabajé para ahorrar para el boleto de avión y, cuando tuve suficiente dinero, viajé a Santo Domingo.

En casa del tío Moncho me enteré de que mi padre biológico estaba enfermo en un hospital, así que fui allí a pedirle perdón. Se sorprendió y no pudo entender por qué era yo quien pedía perdón. Le dije que durante muchos años le había guardado un profundo rencor por lo que me había hecho. Había crecido sin su presencia ni su apoyo en mi vida, ¡y sin siquiera su apellido! Le hablé de mi decisión de seguir a Jesús, de mi deseo de ser bautizado con el Espíritu Santo y de que Dios me había hablado de mi necesidad de perdonarle. Finalmente, hacia el final de nuestra visita, mi padre me dijo que me perdonaba.

Regresé a Nueva York. En el siguiente servicio religioso, Dios me bautizó con Su Espíritu Santo. Ser sensible a la voz de Dios y obedecerle me permitió finalmente perdonar. El perdón es un factor liberador en todas las relaciones, no solo en nuestras familias terrenales, sino también con nuestro Padre Celestial. No es fácil perdonar, pero es posible. Podemos hacer cualquier cosa gracias a la fuerza que tenemos en Cristo, nuestro Señor.

Dios, si hay resentimiento, odio o cualquier raíz de amargura en mi vida, ayúdame a perdonar. Minístrame a través de tu Palabra y trae sanidad a mi vida al perdonar a los demás.

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Acerca de este Plan

Hijo de amor

Hace algunos años, una experiencia desgarradora me hizo reflexionar sobre mi vida pues me di cuenta de que Dios siempre me había amado y había velado por mí. Hoy sé que su mano protectora ha estado conmigo en cada paso de mi vida. Deja que este devocional de siete días te anime a ver cómo nuestro Padre Amoroso actúa en nuestras vidas. ¡Acompáñame a alabarle!

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Nos gustaría agradecer a Rev. Emilio A. Reyes por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://avivemos.net