Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Hijo de amorMuestra

Hijo de amor

DÍA 2 DE 7

Luchas desde el principio

Todo empezó con una mujer fuerte. Si alguna vez una mujer fue una luchadora, a pesar de todo lo que sufrió, esa sería mi madre, Alejandrina Reyes. Nació en Yabonico, una pequeña ciudad del sur de la República Dominicana. Su madre murió cuando Mamá era solo una niña.

Sin ningún otro sitio adónde ir, Mamá y sus hermanos se fueron a vivir con su padre y su nueva esposa. Allí sufrió maltrato físico. A veces, su madrastra obligaba a Mamá y a sus hermanas a comer como animales, directamente de una olla. Su hermano mayor, que vivía en Santo Domingo, la capital dominicana, se enteró de los malos tratos. Se enfadó tanto que un día se llevó a mi madre para que viviera con él, pero él no podía cuidarla solo.

Mi madre se vio obligada a vivir con familiares, cambiando siempre de lugar. Con tantos cambios y dificultades, solo pudo terminar el tercer grado. Sin embargo, siempre le gustó cantar. Participó en concursos de canto, incluido uno en el canal de televisión La Voz Dominicana. Ganó varios premios. Incluso la compararon con la famosa cantante mexicana Lola Beltrán.

En aquellos años, mi madre trabajaba como criada. Pagaba las facturas lavando, planchando y cocinando para familias adineradas. Alquilaba una habitación en la parte trasera de un edificio de la calle Arturo Logroño. No tenía baño privado, así que tenía que compartir las instalaciones con otras diez familias.

Conoció a mi padre, obrero de la construcción. Prefirió la bebida antes que a aquella joven de diecinueve años embarazada de tres meses. Sin mirar atrás, la abandonó a ella y al hijo que esperaba. La vida de mi madre ya había sido muy difícil, pero ahora (sola, sin trabajo y embarazada), se complicó aún más.

Llegué gritando a este mundo en 1959, a las cinco de la tarde, en lo que entonces era Ciudad Trujillo, ahora Santo Domingo, en la Maternidad Julia Molina, pesando dos kilos y medio. Desde que tengo uso de razón, nuestra vida nunca fue fácil. Luchábamos en la pobreza, careciendo incluso de lo estrictamente necesario para vivir. Pero la vida de mi madre, y la mía, cambió drásticamente a una vida llena de plenitud por un hecho muy importante: ¡conocimos a Dios!

Padre Dios, te agradezco que te preocupes por todos los necesitados y los que sufren. Ayúdame a recordar cuánto nos amas, sean cuales sean nuestras circunstancias. Inspírame para que acuda a ti en busca de ayuda siempre que tenga problemas.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Hijo de amor

Hace algunos años, una experiencia desgarradora me hizo reflexionar sobre mi vida pues me di cuenta de que Dios siempre me había amado y había velado por mí. Hoy sé que su mano protectora ha estado conmigo en cada paso de mi vida. Deja que este devocional de siete días te anime a ver cómo nuestro Padre Amoroso actúa en nuestras vidas. ¡Acompáñame a alabarle!

More

Nos gustaría agradecer a Rev. Emilio A. Reyes por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://avivemos.net