Hijo de amorMuestra
La infidelidad de mi padrastro
Cuando llegamos a Nueva York, la intención de Valerio era regresar a la República Dominicana en cuanto consiguiéramos reunir dinero suficiente para volver e invertir en un negocio. Mamá, Papá y yo trabajamos duro para lograr ese objetivo, pero las cosas cambiaron. Sería imposible volver a la inocencia de la vida en Santo Domingo.
Las cosas cambiaron drásticamente cuando Valerio me llevó junto con una «amiga» suya a comer en un Kentucky Fried Chicken. La forma en que hablaba con la chica que le acompañaba en el asiento delantero del coche me pareció muy extraña. De repente me di cuenta de que era su novia. Me sentí confundido, sucio y con ganas de llorar.
Resultó que Valerio siempre había sido un mujeriego. Antes de conocer a mi madre, había engendrado un hijo con una chica del Cibao. Tuvo un total de cuatro hijos con mi madre. En Nueva York tuvo dos hijos más. Después de que Mamá lo dejara, tuvo tres hijos más. Hay rumores de que tal vez haya tenido otros veinte hijos que están dispersos por toda la República Dominicana.
Cuando Mamá se enteró de la amante de Papá, se enfadó conmigo por no habérselo dicho. La verdad es que no podía soportar verla sufrir más de lo que ya había sufrido. Cansada de sus engaños, por fin tuvo el valor de dejarlo. Fue la mejor decisión que Mamá pudo tomar.
Perdonar no es fácil cuando a uno le han herido profundamente. Sin embargo, con los años he aprendido lo importante que es y la libertad que aporta. Mi madre era la luz que me guiaba. Crió a sus hijos prácticamente sola, tomando el papel tanto de madre como de padre. Nunca se rindió. Sabía que mañana saldría el sol; modeló la esperanza en el futuro. Hoy está jubilada, con un buen plan de jubilación y seguro médico, dental y de vida, algo que nunca habría tenido si se hubiera quedado con Valerio.
Dios, sé que te afliges cuando la gente peca. Te compadeces de nosotros cuando nos hieren aquellos en quienes confiamos. Ayúdame a perdonar a los que han pecado contra mí y contra los que amo. En tu misericordia, obra en nuestras vidas para sacar el bien de nuestras circunstancias difíciles.
Escrituras
Acerca de este Plan
Hace algunos años, una experiencia desgarradora me hizo reflexionar sobre mi vida pues me di cuenta de que Dios siempre me había amado y había velado por mí. Hoy sé que su mano protectora ha estado conmigo en cada paso de mi vida. Deja que este devocional de siete días te anime a ver cómo nuestro Padre Amoroso actúa en nuestras vidas. ¡Acompáñame a alabarle!
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Nos gustaría agradecer a Rev. Emilio A. Reyes por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://avivemos.net