Mayordomía integralMuestra

PASOS PARA AGRADAR A DIOS CON MIS RELACIONES

1. Cambiar uno mismo (Efesios 4:1-3)

A medida que aceptemos cambiar, lograremos que nuestras relaciones tomen un rumbo diferente. Al empezar nosotros el cambio, estaremos dando el primer paso y, en consecuencia, la otra persona será más receptiva y aceptará que necesita cambiar. Antes de pensar en que la otra persona debe cambiar, analicemos si nosotros realmente ya hemos hecho lo que nos corresponde. La humildad es clave para ser buenos mayordomos de nuestras relaciones.

2. Buscar algo positivo en los demás (2 Timoteo 4:11)

Todos tenemos defectos y personalidades diferentes, pero también tenemos virtudes. Cuando se trata de analizar nuestras relaciones, la mayoría de las veces nos resulta más sencillo ver lo negativo de los demás. La Biblia nos motiva a ver lo bueno que tiene nuestro prójimo. En el libro de los Hechos, se describe la ocasión en la que Pablo tuvo una experiencia negativa con Marcos, pero en una de sus cartas Pablo reconoce algo positivo que Marcos tenía y que él necesitaba.

3. Tratar a otros con dignidad (Mateo 7:12)

Muchos conocemos este texto como la “regla de oro”. Tratar con dignidad es algo que únicamente se logra cuando practicamos lo que la Palabra nos dice. Todos necesitamos analizar la manera en la que estamos tratando a las demás personas y comenzar a tratarnos con dignidad para demostrar a quienes nos rodean el amor de nuestro Dios.

4. Escuchar con empatía (Santiago 1:19)

Santiago nos hace la recomendación de estar dispuestos a escuchar a los demás. A nuestro alrededor, hay mucha gente que necesita ser escuchada. Escuchar con empatía no es otra cosa que ponerse en el lugar de los demás con el propósito de poder entender, comprender y considerar realmente lo que la otra persona quiere comunicarnos con la finalidad de poder brindar una respuesta acertada.

5. Ser cuidadoso al hablar (Efesios 4:29)

Por medio de la carta que escribe a la Iglesia de Éfeso, Pablo nos recuerda que debemos ser buenos mayordomos de nuestras palabras. Además, nos dice que todas las palabras que digamos deben ser con la finalidad de hacer crecer a los demás. ¿Eres cuidadoso en tu manera de hablar? ¿La gente puede crecer por medio de tus palabras? El Señor, por si no lo sabías, nos va a pedir cuentas de nuestras palabras.

6. Mirar a Jesús en la otra persona (Mateo 25:40)

Toda persona posee en sí una dignidad y un valor por el simple hecho de ser creación del Señor, por lo cual es necesario que nos esforcemos en mirar a Cristo en cada persona. Debemos procurar que, en cada acción que tenemos hacia los demás, veamos a Jesús en ellos; y esto no solamente nos facilitará tener buenas relaciones, sino que también nos va a permitir ser buenos mayordomos.

Jesús espera que tengamos buenas relaciones con las demás personas, pues así damos testimonio de lo que Él ha hecho y sigue haciendo en nuestra vida.