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RAZONES PARA SER BUENOS MAYORDOMOS

1. No somos dueños de nada (Salmo 24:1).

El salmista comienza diciendo una verdad universal: “del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan”. Este es el principio fundamental de la mayordomía bíblica: Dios es el dueño de todo y nosotros solamente somos Sus administradores. Muchas veces, aquí comienza nuestro gran error: creemos que somos dueños de lo que tenemos. Si queremos ser buenos mayordomos, debemos cambiar la manera en la que vivimos y entender que todo le pertenece a Dios; nosotros simple y sencillamente somos mayordomos.

2. Somos responsables ante Dios (Salmo 8:6-8).

En el principio de la creación, Dios tuvo a bien poner bajo nuestra responsabilidad el cuidado de todo lo que había creado. Si te das cuenta, el Señor confió en cada uno de nosotros de una manera sorprendente. Es por eso que estamos llamados, como mayordomos de Dios, a gestionar lo que le pertenece. El Señor amablemente nos ha confiado el cuidado y el desarrollo de todo lo que tiene; así que, somos responsables de administrar bien e incluso de rendir lo que pone a nuestro cuidado conforme a Su voluntad y a Sus propósitos.

3. Daremos cuentas a Dios (Mateo 25:29).

Un día, cada uno de nosotros seremos llamados para estar delante de Dios y dar cuenta de aquello que hicimos con lo que se nos dio. Todos, sin excepción, vamos a rendir cuentas; por eso, es que debemos darle la importancia debida a ser mayordomos fieles y prudentes. Dios nos ha confiado Su creación, la familia, el trabajo, Su iglesia y un sinfín de más cosas. Muchas veces, olvidamos este principio, pero estamos a tiempo de corregir la manera en la que estamos usando aquello que Dios ha puesto bajo nuestro cuidado para que, cuando estemos delante de Él, no tengamos vergüenza ni miedo.

4. Seremos recompensados por Dios (Mateo 25:21).

La Biblia, de manera muy clara, nos muestra, en las parábolas, que Jesús compartió sobre el Reino; que los mayordomos fieles, aquellos que hacen la voluntad de su Señor con los recursos que les son puestos bajo su cuidado, muchas veces son recompensados en esta vida. Pero, también Jesús nos dejó muy claro que en algunos casos los administradores fieles y prudentes serán recompensados plenamente en la eternidad. Necesitamos cambiar el chip que tenemos y empezar a ocuparnos en ser buenos mayordomos.

Con la ayuda de Dios, hoy enfoquémonos en ser buenos mayordomos porque aunque no somos dueños de nada, somos responsables ante Dios; y un día, habremos de rendirle cuentas. Solamente si somos buenos mayordomos, seremos recompensados.