Lectura Con El Pueblo De Dios - 4Muestra

Soberanía en la Salvación

"... De hecho, todas las cosas deben cooperar para Mi salvación".

La soberanía de Dios es una doctrina profunda y tranquilizadora. Él orquesta cada aspecto de nuestras vidas con un propósito, asegurándose de que todas las cosas contribuyan a nuestra salvación final. Esto no significa que todo lo que sucede sea bueno, sino que Dios puede sacar algo bueno de cada situación.

Romanos 8:28 afirma: "Y sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que le aman, de los que han sido llamados conforme a su propósito". Este versículo es una piedra angular de nuestra fe, recordándonos que los planes de Dios siempre son para nuestro beneficio, incluso cuando no podemos verlo.

Reflexiona sobre tus propias experiencias de vida. ¿De qué manera ha utilizado Dios las circunstancias difíciles para fortalecer tu fe, desarrollar tu carácter o acercarte más a Él? Reconoce que nada se desperdicia en la economía de Dios; Él usa todo para Su gloria y nuestro bien.

Confía en Su soberanía y descansa en el conocimiento de que tu vida está en Sus manos. Deja que esta verdad te dé confianza y esperanza, independientemente de lo que estés enfrentando.

La oración de iluminación de hoy:

Padre Celestial, te alabo por Tu soberanía en mi vida y en las obras de mi salvación. Ayúdame a confiar en Tus propósitos, incluso en tiempos difíciles, sabiendo que Tú haces todas las cosas para mi bien. Fortalece mi fe y lléname de esperanza en Tu misericordia. En el nombre de Jesús. Amén.

Reto de memorización del mes:

Catecismo de Heidelberg Preguntas y respuestas 1

Pregunta 1 ¿Cuál es tu único consuelo en la vida y en la muerte?

R1. Que no soy mío, sino que pertenezco, en cuerpo y alma, en la vida y en la muerte, a mi fiel Salvador, Jesucristo.

Él ha pagado completamente por todos mis pecados con su preciosa sangre, y me ha liberado de la tiranía del diablo. Él también vela por mí de tal manera que ni un cabello puede caer de mi cabeza sin la voluntad de mi Padre que está en los cielos; De hecho, todas las cosas deben cooperar para Mi salvación.

Porque le pertenezco, Cristo, por su Espíritu Santo, me asegura la vida eterna y me hace estar totalmente dispuesto y listo desde ahora para vivir para él.