Frente Al EspejoEjemplo

Hasta que me vea como Tú me ves

El Señor tiene un propósito para nosotros. No me refiero al llamado ministerial que nos dará, sino al porqué estamos aquí. La Palabra constantemente nos dice que fuimos creados para adorar a Dios, y adorarle con todo lo que somos.

“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Mr. 12:30).

Adorar es algo mucho más profundo que solo usar música, es una rendición total de nuestra vida para así amarle.

A lo que quiero llegar con esto es que cuando le rendimos realmente cada área de nuestra vida a Cristo, nuestra perspectiva de la vida comienza a alienarse a como Él la ve.

Por ejemplo, ya no trataremos a la familia como algo vano, sino que le damos la importancia que merece; ya no veremos el matrimonio como algo pasajero, sino un compromiso en el que se debe trabajar todos los días para cuidar.

Le rendimos nuestras ideas que fueron construidas y basadas en el mundo, para seguir ahora la verdad.

Esto mismo sucede con nuestra identidad y nuestra imagen. Si continuamos viéndonos como nosotros decimos que somos o como el mundo dice, terminaremos confundidos y perdidos en una falsa identidad. Frustrados y presionados por ser algo que no somos, insatisfechos y abrumados.

Pero cuando decidimos entregarle las ideas y pensamientos que tenemos sobre nosotros mismos, y dejamos que Dios sea quien nos defina, nuestra identidad será reafirmada en lo correcto.

Somos pecadores pero hemos sido redimidos por Él.

Ahora somos Sus hijos, creación hermosa, hechos a Su imagen y semejanza. Somos importantes para Él, tenemos un propósito eterno, somos capaces gracias a Su Espíritu en nosotros. Somos mucho más de lo que el mundo dice, somos del Señor.

¿Qué esperas para escuchar lo que Dios dice de ti? Para ver lo que ahora somos gracias a Él, y lo que hará al renovar nuestra mente para adorarle de verdad.