Frente Al EspejoMuestra

¿Qué ocupa tu mente?

Cuando pasamos tiempo con una persona, inevitablemente terminamos imitando algunas de sus formas de hablar, moverse o actuar. Si prestas atención a tus padres verás que inconscientemente tú sueles actuar como ellos ante algunas situaciones. O piensa en cuánto tienen en común tú y tu mejor amigo, o tú y tu pareja. Comienza a haber una cierta similitud debido al tiempo que pasamos con alguna persona.

Por otro lado, ¿cuántos de nosotros no nos hemos sentido valientes o con esperanza después de ver una película donde alguien sobrevive a algún grave problema? O, ¿cuántos no nos hemos sentido tristes después de escuchar alguna canción de desamor o desesperanza?

Como seres humanos, somos susceptibles a nuestro entorno, y muchas veces, todo aquello que oímos y vemos afecta nuestras acciones debido a que influyen en lo que pensamos.

Todo lo que consumimos crea pensamientos e ideas en nosotros, y eso define nuestras acciones. Entonces, si sabemos que algo nos puede dañar al consumirlo, ¿por qué lo consumimos de toda formas?

¿Por qué seguimos buscando cuentas en redes de personas con el cuerpo “perfecto”?

¿Por qué seguimos guardando imágenes del cabello o el rostro “perfecto”?

¿Por qué seguimos buscando en internet formas para lograr nuestro estándar de belleza fácilmente?

¿Por qué seguimos admirando a todas esas celebridades que solo muestran el lado más estético en redes?

¿Por qué seguimos buscando llenar nuestra mente de lo que no nos edifica?

Mucho de lo que consumimos no nos edifica, al contrario, nos daña más y más. No es que cancelemos toda red social, sino que seamos responsables con lo que consumimos.

A veces pasamos más tiempo llenando nuestra mente con cosas vanas que con la Palabra. Y si seguimos permitiendo eso, terminaremos más presionados intentando lucir como todas aquellas fotos de personas “perfectas”. Terminaremos mirando lo vano y temporal, y jamás estaremos satisfechos.

Madurez es no dejarse llevar por todo lo que nos ofrecen, es detenerse a analizar lo que estamos apunto de ver y oír. Es no dejarse llevar por el corazón, sino por la Verdad.