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«Conocer a Dios, su providencia y su poder»

El concepto de providencia, en teología, se refiere al cuidado continuo que Dios, en su amor, ejerce cuando dirige los destinos de su creación. El profeta Isaías lo expresa en el capítulo 45: «Yo soy Jehová… Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste». Estas palabras fueron escritas refiriéndose a Ciro, un rey pagano. Aunque él no conocía a Dios, la providencia de Dios estaba obrando en su vida, así también está actuando en tu vida, sin importar que lo conozcas o no.

A medida que descubres tu lugar en la vida, es asombroso comprender que Dios no comenzó a obrar en ti en el momento de tu salvación, sino mucho antes, aun desde el mismo vientre de tu madre. El salmista lo expresó de esta manera…

«Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre.» 

Y también dice que «Él formó el corazón de todos ellos; atento está a todas sus obras».

Y qué decir de las palabras de ese gran siervo de Dios: «Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios». Evidentemente Pablo se consideraba apartado para el evangelio pero, ¿cuándo sucedió eso? ¿Fue mientras iba camino a Damasco? Observa estas palabras tomadas de la carta a los Gálatas: «Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia». 

La providencia, es una verdad trascendente que debemos atesorar. Merril Unger escribió: «El objetivo constante y final de la providencia de Dios es el cumplimiento de su propósito… Qué amplio y maravilloso, tanto que desafía nuestra propia comprensión humana». Es necesario que conozcamos a Dios… su persona, su providencia, pero también su poder.

Pablo escribió con respecto al poder de Dios, «Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente…» Cuando llegas a conocer a Dios y su Persona, su providencia y su poder, entonces andarás por la vida siguiendo una dirección gloriosa, en vez de ir vagando sin objetivo a lo largo de tus días. Pero debemos tener cuidado, que mientras vayamos por ese camino, también nos conozcamos a nosotros mismos.