Viviendo Por La PalabraEjemplo

El Sabor de la Palabra

La Palabra de Dios, es el alimento que necesita y fortalece nuestro espíritu para que dominados por el Espíritu Santo, podamos testificar el Nombre de Jesús.

La Palabra de Dios, siempre trae consigo el sabor que produce en nosotros la esperanza, el consuelo, la paz y la fortaleza que necesitamos en todo tiempo. Su sabor es dulce a nuestro paladar; sin embargo, también puede haber ocasiones en que la Palabra penetra con sabor amargo, debido al peso de gloria que trae consigo las advertencias, exhortación o disciplina que en algunos momentos es necesario que asumamos.

La Palabra de Dios tiene varios efectos sobre nosotros y se puede experimentar de diferentes maneras según el propósito por el cual se nos permite recibirla; el Poder de la Palabra de Dios, marca la relación única y personal que tenemos con nuestro Padre, de acuerdo a la regeneración que individualmente necesitamos sufrir para ser más como su Hijo Jesús.

El sabor de la Palabra, independiente del propósito con el que es lanzada a nuestra vida, siempre producirá en nosotros un buen propósito, un beneficio, una promesa de parte de Dios. No importa a qué nos sepa en el momento en que la estemos viviendo, porque como lo mencioné, en ocasiones puede tener un sabor dulce, apacible y reconfortante; pero en otros momentos, puede tener un sabor tan amargo que sentimos nos carcome. Sin embargo, dulce o amarga, siempre producirá el fruto del Espíritu que manifiesta a Cristo Jesús en nosotros.