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"Nuestro amor a Dios" (Alejandro Capdevila).

En esta semana veremos la importancia de restaurar en cada etapa de la vida, nuestro amor a Dios. Él nos ama profundamente. Pero a veces perdemos la noción de su gran y completo amor. Es necesario volver a recordar de dónde nos sacó el Señor, en intimidad, aprovechando bien el tiempo y reconociéndolo en todo momento. Él hace su obra en nosotros.

¿Por qué amar a Dios?

En el relato bíblico de Éxodo 19, Dios, luego de haberlos liberado de la esclavitud de un faraón que los dominaba y maltrataba, se dirige a ellos con un mensaje que no es de reproche por no haberlo seguido. No es un reclamo a un pueblo que le había dado la espalda, no era pasarle la cuenta por lo desatentos que habían sido con Él. Todo lo contrario. Era ubicarlos en la situación a la que eran llamados. Decide hablar con Moisés y el pueblo para decirles: “Yo soy el Señor tu Dios… trato con misericordia infinita a los que me aman y cumplen mis mandamientos”.

Lo que el Señor intenta decirle a Israel es: “Quiero que me ames con todo corazón”.

Ellos tardaron en darse cuenta de que ese Dios, que los libró de ser un pueblo de esclavos, ahora los estaba llamando a ser reyes y sacerdotes. Mostrándoles su deseo de darles infinita misericordia.

Éste es nuestro Dios y Él nos amó primero (1° Juan 4:19). Somos llamados a vivir libre de la esclavitud, somos llamados a amarlo con todo el corazón. Tenemos el honor de responder a esta invitación de amor de parte de Dios. Aunque a veces no sentimos su amor, perplejos por situaciones que estamos pasando, Él no ha dejado de amarnos. Nos sigue diciendo que “volvamos a nuestro primer amor” (Apocalipsis 2:5).

ORACIÓN

Señor, quiero amarte con todo mi corazón, con todas mis fuerzas, con toda mi mente. Quiero apasionarme por tu amor. Gracias porque tenés cuidado de mí y me amas. Renueva y restaura mi amor hacia ti.