Misterio ProfundoMuestra

Nuestro Testimonio

Se piensa mucho en la planificación de una boda. ¿La quieres grande o pequeña, lujosa o modesta, tradicional o algo un poco más vanguardista? Las opciones son tan variadas que existe una industria de 70 mil millones de dólares para ayudar a las parejas a crear un día que sea tan único como ellos.

Si bien no hay nada de malo en trabajar duro para organizar una boda hermosa, las Escrituras ofrecen una visión mucho más elevada del matrimonio. El matrimonio no sólo es una celebración de nuestro amor y compromiso terrenales, sino que también es una imagen tangible de la relación que Cristo tiene con Su iglesia.

Esto significa que lo que sucede en nuestros hogares, no sólo nos afecta a nosotros, sino que también afecta nuestro testimonio de Cristo. Ése es un pensamiento aleccionador. Pablo llama a esto un misterio, y lo es. ¿Por qué Dios elegiría usar algo tan imperfecto como nuestros matrimonios para reflejar Su imagen y ayudar a las personas a comprender la relación de Cristo con la iglesia?

Cristo vino con humildad, pero nuestros matrimonios están llenos de orgullo. Cristo fue un líder servidor que sufrió injustamente y renunció a sus derechos, pero luchamos para hacer las cosas a nuestra manera. Cristo dio su vida para ofrecernos perdón, pero perdonar a nuestro cónyuge es lo último que queremos hacer. Sin embargo, Dios usa nuestros intentos imperfectos de matrimonio para enseñarnos algo sobre la relación de Cristo con Su iglesia.

Aunque la iglesia de Cristo es un grupo rebelde e imperfecto, Él la ama de todos modos. De hecho, Romanos 8:35-39 enseña que Su amor es tan permanente que “ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni potestades, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa en toda la creación, podrá separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús nuestro Señor ”. El amor de Cristo por nosotros es inquebrantable, y el amor que nos tenemos unos a otros también debería serlo.

El matrimonio es el punto de partida del cristianismo. Si realmente somos perdonados, entonces deberíamos poder perdonar. Si realmente estamos llenos de su gracia, entonces nuestros hogares deberían estar llenos de gracia. Si realmente estuviéramos llenos de Su gozo, entonces nuestros hogares deberían estar gozosos, hasta cuando enfrentemos dificultades.

Cuando las personas miran nuestros matrimonios, aprenden si lo que decimos acerca de Cristo es realmente cierto o no. Cuando dos cristianos se divorcian, la gente se ve obligada a preguntarse si el perdón y la gracia son sólo palabras. Nuestros matrimonios no se tratan sólo de nosotros, también son nuestro testimonio ante un mundo que nos observa.

Orar: Padre, nuestro matrimonio está lejos de ser perfecto. Ayuda a que nuestro hogar se llene de Tu amor y gracia, para que otros también lleguen a conocerte. En el nombre de Jesús, Amén.