Misterio ProfundoMuestra

Una nueva orden

Cuando empezaron a sonar las primeras notas de la “Marcha Nupcial”, padre e hija comparten una mirada tierna y tratan de contener el torrente de emociones que crece en su interior.

La tradición de que un padre lleve a su hija al altar es un momento conmovedor en la ceremonia nupcial. Cada paso se acerca la novia a un comienzo y el padre a un final. Un apretón de manos después, y la niña que el padre ha protegido y amado desde su nacimiento es entregada a otro hombre.

La tradición pretende mostrar que se está creando una nueva unidad familiar, con nuevas prioridades y lealtades. En un solo momento, la pequeña hija de papá se convierte en la esposa de alguien y todo cambia.

Cuando te casas, tu cónyuge se convierte en tu relación terrenal más importante. Para muchas parejas, es difícil encontrar la “unidad” que anhelan porque nunca han reordenado sus prioridades relacionales después del matrimonio. A menudo, esto sucede porque continúan dependiendo de sus padres para que los ayuden con la vivienda, las facturas, las vacaciones y el apoyo emocional. Esto casi nos pasó a nosotros.

Tres meses antes de casarnos, me despidieron del trabajo. Con nuestros ingresos recortados, tuvimos que dejar de buscar un apartamento para donde vivir después de la boda.

Afortunadamente, mis padres eran dueños de un edificio de apartamentos. Pero cuando le expliqué nuestra situación a mi mamá, ella me sorprendió al decir que no nos permitiría mudarnos a su edificio. Además, dijo que después de la boda no quería que me quejara con ella si mi esposa y yo alguna vez nos peleábamos.

¿Cómo podría una mujer cristiana de mucha fe responderle así a su hijo? Era un misterio para mí. Se sintió como la cosa menos amorosa que podría haber hecho, pero al final, resultó ser una bendición.

Mi mamá entendió que la experiencia me obligaría a dejar a mi padre y madre y agarrarme fuerte a mi esposa (Efesios 5:31). Nos obligó a trabajar juntos de una manera que nunca habíamos hecho. Mi futura esposa me ayudó a considerar nuevos empleos y las implicaciones que tendrían en nuestra vida. Cuando finalmente encontré un trabajo, la victoria fue nuestra.

Establecer un nuevo hogar puede ser doloroso, pero dejar a tus padres no es un rechazo a tu pasado. Más bien, es una aceptación de su nuevo papel como esposo o esposa.

Orar: Señor, Tú dijiste que el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne. Enséñame cómo puedo priorizar las necesidades de mi cónyuge y al mismo tiempo mostrar honor a mis padres. En el nombre de Jesús, Amén.