Investigando a JesúsMuestra

Si luchas con priorizar de más las posesiones materiales, mira lo que Jesús dijo sobre eso.

En más de una ocasión, Jesús habló a Sus seguidores acerca de las posesiones de este mundo. Y en una ocasión en particular, tocó el tema desde un par de ángulos. En Lucas 12, les dice a Sus discípulos qué hacer cuando se trata de las necesidades básicas de la vida: alimento, vestido y vivienda. Él les dice: “No se preocupen por cosas así. Dios sabe que necesitan esas cosas. Serán atendidos en ese sentido".

Pero entonces Jesús lo lleva un paso más allá. Les dice a los que escuchan: “Vendan sus posesiones y den a los pobres”. Es importante recordar que aquí está hablando directamente a Sus discípulos. No necesariamente le está diciendo a cada persona que se deshaga de todo lo que tiene. Pero aun así, da un gran principio sobre por qué les dijo eso a Sus discípulos, y es un principio al que debemos prestar mucha atención.

En ese mismo versículo, ofrece este pensamiento: “Consíganse bolsas que no se hagan viejas, y háganse en los cielos un tesoro que no se agote. Allí no entran los ladrones, ni carcome la polilla”. En otras palabras, mantén tus posesiones materiales muy relajadamente. No van a durar para siempre de todos modos. Pon tu atención en las cosas que importarán en los pasillos de la eternidad.

En el versículo 34, Jesús dice algo que da otra gran pauta a la hora de abordar el tema de las posesiones. Él declara: "Porque donde ustedes tengan su tesoro, allí también estará su corazón". Jesús sabía que sería fácil que las posesiones se convirtieran en lo que la gente atesora. Y no quería que los corazones de las personas estuvieran envueltos en cosas que no durarán.

Para traer las palabras de Jesús a tu situación, pregúntate: ¿Dónde quiero que esté mi corazón? Tu corazón (es decir, tu atención, tu energía) irá a alguna parte, y hay tantos lugares a los que puede ir. Va a gravitar hacia la cosa (o cosas) que atesoras.

Entonces, si encuentras que tu corazón se dirige hacia muchas cosas que realmente no importan, y siempre es a expensas de las cosas que sí importan, es hora de considerar si algo debe quedarse o irse.

Si tu corazón sigue las cosas que atesoras, no te aferres demasiado a esos tesoros que no significan mucho. Las cosas que no importan a largo plazo no deberían ocupar mucho espacio en nuestros corazones.

“Padre Celestial, ayúdame a tomar decisiones que dirijan mi corazón a lo que más importa, amén".

Eso es todo por ahora. Antes de la próxima lectura, asegúrate de leer los capítulos 13 y 14 de Lucas.